Quiso defender a su nueva fuente de ingresos pero terminó admitiendo en público los números que casi nadie quiere mostrar: el cuñado del exgobernador Maurice Closs, incorporado al “directorio” de la empresa Emsa en diciembre pasado con un jugoso estipendio, aseguró que la distribuidora tiene un “rojo” de 40 millones mensuales, déficit que el Gobierno “no puede afrontar” y por ende, lo sostienen los usuarios al pagar las facturas de luz. En su página de Facebook el “gran cuñado” Marcelo Horacio Sánchez también dijo que Emsa necesita 60 millones por mes para el pago de sueldos, un dato que puso en alerta a los trabajadores eléctricos ya que los salarios de quienes no tienen cargos gerenciales en Emsa están bastante por debajo de la escala en relación con los que cobran en las empresas eléctricas. De allí que supongan que gran parte de ese monto en realidad beneficia a los “becados” que llegan a la empresa como premio a su performance de excandidatos políticos, parientes y amigos, o a “empleados de privilegio” como el propio Ferreyra, que hace dos años se nombró en planta permanente de la empresa con categoría 24, la más alta del escalafón. Según Sánchez, con los nuevos precios en el Mercado Mayorista Eléctrico (MEM), Emsa debe pagar unos 60 millones por mes, lo que hace un gasto operativo total de 120 millones cada 30 días. “Pero sólo recauda 80 millones, por lo que mensualmente hay un déficit de 40 millones de pesos”, admitió el ahora funcionario de la empresa. “Faltan 40 millones y la Provincia no puede hacer frente a esa suma”, señaló en su particular estilo, quien de esta forma dejó expuesto al también clossista Sergio Ferreyra por la clara ineficiencia en el manejo de los recursos. El cuñado de Closs ocupa un alto cargo en Emsa pese a no haber tenido más mérito que el de ser pariente del exmandatario provincial. Asumió como director titular en la asamblea realizada el 22 de diciembre, apenas diez días después de haber perdido las elecciones en Iguazú a manos de Claudio Filippa. Fue uno de los pocos intendentes que no pudo retener la jefatura comunal pese a los millonarios recursos usados en la campaña. Números que no cierranLas declaraciones públicas de Sánchez también chocan con la información que volcó la empresa en una solicitada. Según comunicó oficialmente Emsa, a partir de los nuevos precios de la energía en el Mercado Mayorista Eléctrico, debe abonarle a Cammesa unos 80 millones de pesos por mes, veinte más que los que admitió Sánchez. La información “oficial” que infló notoriamente los números también contrasta con lo que admitió el Sindicato de Luz y Fuerza: según el gremio, Emsa pagaba 17 millones de pesos por la energía comprada al por mayor y a partir de la caída de subsidios debe abonar “42 millones más”, es decir, unos 61 millones, también veinte menos que lo que dice pagar la prestataria en forma oficial. La disparidad de datos y la exposición pública de una situación financiera insostenible, sirve de apoyo para quienes insisten con la necesidad de auditar los números de la prestataria. ¿Y Urugua-í?Otro de los datos que no cierran es el referido a lo que produce la Represa Urugua-í, que según Cammesa, genera el 30% de la energía que consumen los misioneros y no integra el sistema interconectado nacional, es decir que no se rige por los valores nacionales y no tiene los mismos costos de producción y de transporte. “La venta de energía producida en Urugua-í y vendida a los misioneros como si fuese la misma energía que compra afuera es un gran negocio para Emsa, pero nadie sabe cuántos millones implica”, señalan los conocedores del mercado eléctrico.





Discussion about this post