La Escuela 896 de esta localidad recibió este jueves una parte de los muebles necesarios para que los alumnos puedan sentarse y escribir cómodamente en sus cuadernos durante el dictado de las clases. Vale recordar que la nota de los alumnos sentados en el piso en su primer día de clases, publicada por PRIMERA EDICIÓN, llegó a la opinión pública nacional. Según aseguró ayer la directora del establecimiento educativo que está estrenando nuevo edificio (aún sin la inauguración oficial), Marcela Da Silva, ya no hay alumnos sentados en el piso pese a que recién en la próxima semana el gobierno educativo completaría la entrega del mobiliario. “Los grados para los que todavía no recibimos los muebles del gobierno tienen las sillas y mesas que trajeron los mismos padres… en este momento no tenemos un solo alumno sentado en el piso”, aseguró la docente. Llegó una parte del mobiliario “Nos faltan las mesas y sillas para dos grados (segundo y séptimo), además de los escritorios, sillas y armarios para los docentes. Tampoco tenemos aún mobiliario en la dirección”, detalló el viernes la directora quien añadió que “nos dijeron que enviarán estos muebles lo antes posible, que estemos atentos la próxima semana”. En cuanto a lo recibido, la docente precisó que “los muebles que ya nos entregaron los pusimos en el salón donde ocupa quinto grado por la mañana y tercer grado por la tarde; y en el salón donde funciona sexto por la mañana y cuarto por la tarde. También recibimos 28 sillitas y 7 mesitas como para el nivel inicial, pero como ya habíamos amoblado el nivel inicial ocupamos esos muebles nuevos para el primer grado. Nos queda pendiente ahora recibir el mobiliario para segundo y séptimo grado, además de los escritorios y sillas para los docentes, incluido los muebles de la dirección que está vacía. En este momento, los docentes nos sentamos en las sillas que trajimos de nuestras casas”. “La primera nota la hicimos en septiembre pasado” Desde el Ministerio de Educación y el Consejo General de Educación (CGE) enviaron el viernes una gacetilla de prensa informando que “el gobierno educativo entregó el mobiliario solicitado a la comunidad educativa de la Escuela 896 de Eldorado. Se trata de un edificio nuevo que aún no fue inaugurado”. El comunicado precisa además que llevó los muebles un camión de la Municipalidad de Eldorado y los padres ayudaron a bajarlos en la escuela. Desde el Gobierno aseguraron que “el pedido del mobiliario había sido ingresado el día lunes 29 de febrero a las autoridades pertinentes por lo que se instrumentó los medios necesarios para el envío de una primera tanda de elementos para asegurar el dictado de las clases”. No obstante, la directora de la Escuela 896 aclaró que la nota ingresada el lunes pasado “fue la última presentada a través de la Supervisión Escolar, pero de ningún modo la primera. La gestión de pedido de muebles la empezamos a hacer el año pasado, cuando vimos que la construcción del edificio avanzaba y que -según nos informó el Iprodha- nos entregarían la obra terminada sin muebles. En ese entonces, la supervisora titular estaba en uso de licencia por lo que gestioné a través del supervisor suplente y el secretario escolar. No sé dónde están esas notas, pero nosotros tenemos copias de las mismas con el sello de mesa de entrada, con la fecha en que ingresó el pedido. Una tiene fecha de septiembre, otra en octubre y otra en noviembre”, detalló.El ciclo lectivo de la 896 no comenzó en su nuevo edificio sino en el quincho comunitario donde esa institución funcionó durante siete años (desde 2008 a 2015), “el 24 de febrero no nos habían dado todavía la llave del actual edificio que nos entregaron el 25. Inmediatamente constaté que la entrega era sin muebles por lo que avisé a la supervisora escolar titular, Mirta Feiza, de esta situación por lo que -de acuerdo a la vía jerárquica- presentó el pedido del mobiliario. Esa fue la última nota con fecha del 29 de febrero”, precisó. La docente lamentó “la repercusión del tema”, pero aseguró que “a nadie le gusta empezar las clases y que los chicos estén sentados en el piso. De común acuerdo con los padres, empezamos de todos modos y nadie se quejó. Gracias a Dios, ahora ya nos trajeron una parte de los muebles y, con los otros que nos facilitaron los padres, estamos cubiertos en todos los salones”.





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