Hace casi dos años que el programa “Mejor vivir” desembarcó en varias chacras de Villa Cabello pero a pesar del tiempo transcurrido la mayoría de los trabajos siguen inconclusos y en lugar de llevar solución a los vecinos de estos conglomerados habitacionales lo que hizo fue complicarles la vida.Tal es el caso de los departamentos de la chacra 147 donde los pobladores padecen las constantes pérdidas de agua, muchas de ellas sobre instalaciones eléctricas; siguen sin cenefas, canaletas ni veredas; algunos no tienen vidrios en las puertas y los balcones continúan en pésimo estado.Rosa Pereyra es una de las damnificadas por esta situación, que por momentos se torna insoportable. “Entraron a mi casa en 2014 y al transponer el umbral comenzaron los problemas porque no trajeron los materiales y tenían poca gente”. A pesar de eso, rompieron los 16 departamentos del edificio 12 y sus ocupantes quedaron a la deriva. “Tuvimos que utilizar los baños de los vecinos de enfrente para poder ducharnos y ocupar los sanitarios. Estuvimos así hasta fines de 2014 que es cuando nos dejaron la casa como para habitar. Pero no concluyeron los trabajos hasta el día de hoy. No sabemos si van a venir a terminar o lo van a dejar así”, manifestó la mujer, que junto a los vecinos realizó reclamos ante el Iprodha tanto por nota como verbalmente. La mayor parte de estos vecinos del edificio 12 padece las pérdidas de agua. En el caso de Pereyra, el agua corre por el pasillo y arriba del termotanque, pero en el baño se concentra toda la humedad.Confió que cuando hicieron la nueva instalación de agua “no efectuaron la prueba sino que conectaron los caños, taparon todo y mandaron el agua. Creo que ahí está el error. No soy ingeniera pero creo que debían hacer la prueba de agua en una obra de envergadura como ésta”.A su entender, “ésto es negligencia del Iprodha porque es el instituto el que contrata a las empresas. Nosotros no tenemos nada que ver con ellas. El Iprodha las manda y nosotros dejamos que hagan el trabajo. El Iprodha jamás vino a controlar, menos aún a dar una respuesta. Si el inspector de obra vino tres veces en todo el lapso en que se desarrollaba la obra, es mucho. Y sólo se limitó a sacar unas fotos”, denunció la mujer, indignada. Como para reforzar el reclamo, Pereyra envió una nota a la Defensoría del Pueblo. Fue en enero pasado.“Me dijeron que iba a venir una asistente social para ver las condiciones en las que se encontraba el edificio”, dijo. Hace unos veinte días vino una profesional y constató sus dichos. Transcurrido el tiempo “los llamé y me dijeron que tenemos que esperar. Que ellos hicieron una invitación al dueño de la empresa para que podamos charlar y llegar a un acuerdo. Pero yo no necesito que lo inviten porque el señor cobró por el trabajo, y ese trabajo está mal hecho y no puedo esperar. Entonces le pregunté ¿de qué lado están?, si del lado del pueblo o de la gente que no hace bien las cosas”, comentó exaltada por la falta de respeto puesta de manifiesto por los funcionarios del organismo.Reclamos desde el principioHay familias que quedaron con las puertas sin vidrios, con los balcones rotos. No pusieron las cenefas ni las canaletas, no hicieron las veredas. “Es un desastre. Lo único que quiero es que se haga lo que dice el contrato. No quiero ningún clavo de más. Tanto tiempo esperamos que hagan los arreglos y finalmente nos hicieron una chanchada”, acotó la mujer.Agregó que les cobraron un medidor de agua a cada uno de los 16 departamentos y a nadie se lo instalaron. “Tenemos un medidor comunitario pero eso está incluido en el contrato. Esa proforma que nos presentaron es la que nos van a cobrar, pero no nos hicieron el trabajo porque no se puede. Ellos trajeron para que firmáramos la finalización de obra pero nosotros nos pusimos de acuerdo y no firmamos porque los trabajos están inconclusos. Y ahora menos aún porque todas las casas están con pérdidas de agua. Y no es que surgió ahora. Reclamamos desde un principio a través de notas y verbalmente”, aclaró.





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