Señora Directora: El 1 de marzo comienza el periodo de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación y con él, el de la mayoría de los cuerpos legislativos de provincias y municipios argentinos. Sólo en algunos pocos de ellos, esta labor recién se iniciará en dos meses: el 1 de mayo.En el Parlamento federal como en el de otros distritos y jurisdicciones ese periodo de labor se extiende hasta el 30 de noviembre. Constituyen nueve meses de actividad plena, que no se repite en otros en que ese término concluye el 31 de octubre, o sea legislan sólo durante seis meses, medio año.Misiones es una de esas provincias en las que sus legisladores trabajan sólo la mitad del año y donde viene demorándose injustificadamente un cambio que iguale esa actividad a la de otros órganos provinciales y municipales. Los múltiples asuntos que necesitan ser legislados y cuya resolución no debe quedar en manos de una sola persona, quien ejerce el Poder Ejecutivo, reclaman ese cambio que deberá darse cuanto antes mejor.Hace más de un siglo y medio, cuando los constituyentes de 1853 dividieron en dos el año legislativo esa decisión era aceptable. Los medios de transporte de mandaban largos viajes y la correspondencia era también lenta y demorada, lo que aislaba a los legisladores que debían interiorizarse de las necesidades de su distrito.Pero hoy, con comunicaciones instantáneas y rápidos transportes esa necesidad ha desaparecido, ya que en la misma semana –por no decir en el mismo día– es posible que el legislador esté en ambos lados: su trabajo y su territorio, sin descuidar ninguno de ellos.





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