Desde PRIMERA EDICIÓN se viene advirtiendo desde hace meses de la necesidad de adelantar las negociaciones salariales. El problema central es el tiempo que le demandó a la Nación (asumió la gestión el 10 de diciembre) cerrar un acuerdo en paritarias testigo, que desembocó en la negociación provincial de este fin de semana.Pero, casualmente, los sectores que no iniciarán las clases o se declararon en estado de alerta y movilización, son los que el Gobierno de Misiones se niega a sumar a la mesa de paritarias: el Frente Gremial Docente y el Movimiento Pedagógico de Liberación.A pesar de los fallos hasta en la Corte Suprema, respecto a la tutela sindical y el reconocimiento gremial incluso a quienes no cuentan con personería; el gobierno educativo en manos de Ivonne Aquino y Mauricio Maidana, sigue los pasos de su cuestionado antecesor Luis Jacobo. Tal vez con algunos matices de mayor diálogo. Pero excluyendo a quienes piensan distinto a la renovación de las paritarias. Negociar entre tres sectores en forma paralela es no sólo desgastante, sino que termina como ahora, entre quienes aceptan todo, otros que aceptan a medias y los que no aceptan.En el medio del tironeo, los celos sindicales, los reclamos legítimos y las ofertas y contraofertas, estarán los alumnos y las familias de éstos que no saben qué postura adoptará el maestro: si irá a clases, si hará asamblea o hará paro. Prácticamente una lotería en la que -con suerte- algunos docentes avisarán con tiempo la medida a adoptar. ¿Será este 2016 un año nuevamente difícil para el sector educativo? Las reivindicaciones laborales seguirán hasta que los gobiernos valoren en su justa medida el trabajo docente. Pero también en las representaciones sindicales debe primar la intención de diálogo, con pedidos adaptados a los tiempos que corren.





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