Estos ataques, cometidos durante el pasado otoño, se hacían con el objetivo de que los aspirantes demostraran que eran "buenos yihadistas" y "lo suficientemente valientes" como para ir a luchar al califato, según explicó esa persona, ahora detenida.Un menor de edad confesó los hechos y dijo que él y otros habían llevado a cabo seis ataques de ese tipo y que de no haber sido detenido "probablemente estaría ahora en Siria". La práctica, según el testimonio de esta persona, consistía en ir a zonas de ambiente gay en Bruselas para atraer a las víctimas, irse con ellas a sus casas y posteriormente atarlas y golpearlas hasta que les revelaran dónde tenían dinero y otros objetos de valor.Uno de los investigadores de la trama – indica el sitio A3- declaró que el objetivo de los ataques homófobos era también recaudar fondos, algo que confirma una sospecha que existe desde hace tiempo: que parte de la financiación a los combatientes sirios proviene de pequeños ataques y extorsiones cometidos en países occidentales. El principal sospechoso de los atentados de París, Salah Abdeslam, en busca y captura internacional, fue visto en bares de ambiente gay en Bruselas días antes de los ataques, y según varios medios, solía frecuentar estas zonas.




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