A través de una carta enviada a Ludovica Squirru Dari, la Asociación de Primatología Argentina advirtió su preocupación por las imágenes con primates autóctonos presentadas en la tapa del libro “Horóscopo Chino 2016" y la campaña promocional del mismo en diversas revistas.“Creemos que la exposición de éstas imágenes en una campaña publicitaria, genera un mensaje que podría interpretarse como un apoyo a la tenencia de animales silvestres como mascotas. El tráfico de fauna silvestre es un delito penado internacionalmente y que cuenta con la desaprobación de gran parte de la población mundial. En nuestro país las especies autóctonas están protegidas por ley, estando prohibida su caza y su captura para fines comerciales”, se lee en el escrito enviado a Ludovica Squirru Dari.Desde la publicación El Paranaense, se destaca que en las últimas décadas, varias instituciones gubernamentales como el Ministerio de Ecología de Misiones, La Dirección de Fauna Silvestre de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, y la Dirección de Flora y Fauna de la Provincia de Buenos Aires, así como organizaciones no gubernamentales han trabajado intensamente para concientizar a las personas sobre las consecuencias negativas de la tenencia de animales silvestres como mascotas; y se enfatiza que “el uso de las imágenes anteriormente mencionadas, atenta contra el trabajo realizado en pos de la conservación y el respeto hacia nuestra fauna silvestre y promueven el mascotismo”.“Por todo lo mencionado creemos conveniente modificar las imágenes, presentes tanto la tapa del libro como la campaña publicitaria”, concluye el escrito firmado por la presidenta de la Asociación de Primatología Argentina, la doctora Luciana Oklander.Centinelas y regeneradores de la SelvaEn abril del 2015, la prestigiosa revista científica International Journal of Primatology publicó un artículo que evalúa la susceptibilidad de las especies de primates que habitan la Selva Misionera a distintos factores que podrían amenazarlas, con datos de los biólogos e investigadores Ilaria Agostini, Carlos De Angelo y Mario Di Bitetti, del Instituto de Biología Subtropical (IBS/CONICET – UNaM) y el guardaparque Esteban Pizzio, del Ministerio de Ecología y RNR de Misiones, todos pertenecientes también a la Asociación Civil Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (CeIBA).En esa publicación, se informó que las dos especies de monos aulladores (negros y rojos) enfrentan serias amenazas: los brotes recurrentes de fiebre amarilla, la destrucción de su hábitat y la caza furtiva con destino al trafico ilegal y escotismo.La importancia de conservar a estos monos radica en su participación en la regeneración de la selva. El mono aullador, de acuerdo a sus hábitos alimentarios y del uso del espacio, es un eficiente dispersor de las semillas de las plantas de las cuales se alimenta las cuales elimina a través de su materia fecal.En la Selva Misionera viven tres de las cinco especies de monos de Argentina. El mono caí es de tamaño mediano (2,5-3,5 kg), es endémico del Bosque Atlántico y en Misiones ha sido estudiado en el Parque Nacional Iguazú durante más de 20 años. El mono aullador negro o carayá (Alouatta caraya) es un primate más grande (4-8 kg), típico de ambientes del Chaco, Pantanal y Cerrado brasileño, pero una pequeña población se extiende a las selvas de Misiones. El aullador rojo o carayá rojo (Alouatta guariba) es de tamaño similar al aullador negro, pero como el caí es endémico del Bosque Atlántico y en Misiones la población se encuentra muy reducida. Para ambas especies de aulladores el único estudio detallado de su ecología y comportamiento en Misiones viene de un trabajo de tres años en el Parque Provincial El Piñalito.Los autores de este trabajo estudiaron en qué estado se encuentran las tres especies de primates que viven en Misiones y evaluaron la susceptibilidad de cada una a dos potenciales amenazas: la fiebre amarilla y el impacto de actividades humanas. Para esto, realizaron relevamientos, recorriendo a pie un total de aproximadamente 150 km de picadas y caminos en la porción centro-este de Misiones, en búsqueda de datos directos (observaciones de individuos) o indirectos (rastros) que indicaran la presencia de las dos especies de aulladores y de los caí. Además a través de entrevistas a pobladores locales obtuvieron evidencias adicionales de las áreas ocupadas por cada especie.“Después del brote de fiebre amarilla de 2008-2009, durante el cual habíamos registrado numerosos casos de monos aulladores muertos, presuponíamos que las poblaciones tanto de aullador rojo como de aullador negro, se habían reducido en la provincia. Sin embargo, no esperábamos encontrar una situación tan preocupante: en toda el área muestreada durante nuestro relevamiento en el 2010 no obtuvimos ninguna observación directa de la presencia de monos aulladores”, dijo Ilaria Agostini. “Esto, junto con los testimonios de los pobladores entrevistados, nos devolvieron un cuadro alarmante: la abundancia de ambas especies de aulladores cayó drásticamente en Misiones luego la última epidemia de fiebre amarilla”, agregó la investigadora.En particular, el mono aullador rojo es una especie en peligro crítico de extinción según la Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos, y ha sido declarada Monumento Natural Provincial. En Argentina, habita solamente en Misiones, donde tiene una distribución reducida y densidades extremadamente bajas.Por otro lado, los monos caí son poco sensibles a la fiebre amarilla, ya que no los afecta como a los aulladores. Sus poblaciones son más abundantes y su distribución más amplia en la provincia. “Sin embargo, los resultados de nuestros análisis arrojaron un resultado que no esperábamos: los monos caí, a pesar de ser considerados una especie muy adaptable a ambientes alterados, clasificada como fuera de peligro en nuestra región, son muy susceptibles a los disturbios generados por el hombre. En áreas con mayor accesibilidad e intensidad de actividades humanas, los caí han desaparecido o son menos abundantes y de costumbres más esquivas”, remarcó Carlos De Angelo.A pesar de que en este trabajo no se obtuvieron avistajes directos de monos aulladores rojos, relevamientos recientes indican que en los parques provinciales de El Piñalito, Cruce Caballero y Moconá, hay tropas sobrevivientes.





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