Señora Directora: En unos días más comenzará el dictado de clases en todas las escuelas, pero aún no se ha resuelto cuál será el aumento que se pagará a los docentes para compensar el mayor costo de vida por la atroz inflación que estamos soportando en estos días.Parece mentira que para nada haya cambiado la situación de estos trabajadores que año a año deben esperar hasta último momento para saber si sus ingresos serán más dignos y acordes con sus necesidades. Y si fuese necesario, ante la tozudez de un gobierno al que poco importan los maestros –sea del color político que fuese–, definir alguna modalidad de protesta que demore la apertura de las escuelas. No por voluntad propia, sino exigidos por autoridades educativas que creen que, por “su vocación” (?), los docentes pueden vivir del aire (al igual que los jubilados que están en peor situación).Claro que si se hace un paro de actividades –la Nación amenazó con descontar a quienes se plieguen a él– no es a los docentes a los que debe responsabilizarse los niños días de clase perdidos Sino que son autoridades insensibles, que se niegan a oír el reclamo de éstos, las responsables de ese hecho lamentable (mientras favorecen a las grandes empresas).Por eso es así como está conceptuada Argentina hoy en el mundo en materia educativa. En poco colabora a mejorarla una nueva frustración de los docentes.




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