Al concluir la primera jornada de debate en el Tribunal Penal Uno, la madre de la víctima, dialogó con PRIMERA EDICIÓN y aseguró que su hija “recuerda cada palabra declarada” y aseguró: “Es demasiado tiempo, casi tres años esperando para que este señor pague por lo que hizo. Yo no lo conocía, hoy (por el miércoles) lo conocí, es la primera vez que le veo la cara y estoy segura que fue él porque mi nena no va a mentir”.La madre arribó al Tribunal de calle 9 de Julio a pie y con sus otras dos hijas, sin custodia, ni adulto que la acompañe.Apenas culminó su declaración se retiró rápidamente a su hogar, pasado el mediodía. Dialogó pocos segundos con la fiscal Salguero de Alarcón y observó a Santa Andrea en la vereda de la sede judicial, fumando junto a su hijo y uno de sus abogados.En cuanto a su hija, quien hoy tiene 11 años, recalcó: “Ella está bien, pero no quiere ni verlo a él. A causa de lo que le pasó tiene problemas en la escuela, le cuesta aprender a leer”. Aseguró que desde lo ocurrido el 19 de agosto del 2013, no pudo recuperar la tranquilidad en su hogar. “Sólo pienso en lo que (el presunto abusador) le hizo a mi hija y lo que aún sigue sufriendo. También tengo bronca, porque escuché que dijeron que la nena andaba pidiendo limosna y en realidad ellas iban pedir para lavar o barrer la vereda, ella no iba sola, iba con su hermana, nunca fueron a pedir dinero, al contrario”.Tampoco pudo ocultar su temor, se siente perjudicada, en aparente desventaja ante los recursos de los abogados defensores de Santa Andrea: “No entiendo por qué ellos tienen tantos testigos, no es necesario, no puedo creer que venga más gente a declarar”. “Espero que la Justicia tome medidas, y que el acusado pague por lo que hizo, porque si queda libre seguirá haciendo lo mismo”. También fue tajante, su rostro demostró entereza y manifestó: “No me guío por lo que dice la gente, pero también espero que la sociedad lo condene, porque no le puede volver a pasar algo así a otra criatura”. Y concluyó: “Ya declaré todo lo que sé, en todas las ocasiones en que me citaron. Mi hija no me contó nada apenas ocurrió el abuso, recién al otro día. Apenas tenía ocho años, ahora tiene once y me sigue remarcando ‘mamá no me olvido una sola palabra de lo que dije, no puedo olvidar nada’. Y eso ocurre porque ella no miente, porque fue lo que le pasó, lo que sufrió”.





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