Esta semana tejemos con Elizabeth Motta, quien confiesa que su historia es larga, pues teje desde que tenía once años. “La verdad es que me dediqué bastante tiempo a la costura porque estudié corte y confección. Fui modista muchos años hasta que me detectaron un tumor en la mama y tuve que dejar. Igual era un trabajo muy esclavizante, estaba encerrada en mi casa todo el día, todos los días, cosiendo”, recuerda como aliviada al verse sentada con sus agujas y varios pedidos por entregar. Elizabeth enfrentó al cáncer con un tratamiento, salió adelante después de duros seis meses y “todo lo que significa perder el pelo y eso, porque si bien no me extirparon la mama, sí me operaron y primero ‘quimio’ y luego rayos hasta que me mejoré. Entonces un día cambié de rubro y comencé a tejer nuevamente. Fue en la época de invierno, una de mis hijas trabajaba en un local de ropa joven y para incentivarme me dijo: ‘dale mamá tejé gorritos para llevar a Bariloche y yo los vendo’. Así comencé y me gustó. Un día fui a la costanera y me encontré con Nancy Villanueva (del equipo de Spacio Mujer) y ella me recomendó que vaya a la feria con Karyna González. Es mucho mejor porque te relacionás con la gente, tengo amigas y amigos artesanos, conversamos, tomamos mate y disfrutamos. Ahora ya no me quedo todo el día en casa, incluso estoy preparando corazones, llaveros y otras cosas para la feria del 14 por el Día de los Enamorados”. El emprendimiento de Elizabeth es Mi Lana, “algo que me ayudó a hacer mi hija más chica, ella también me ayuda con las fotos y está conmigo. Me acompaña a las ferias como lo hace también mi nieto”. Ella tiene cuatro hijos, tres mujeres y un varón, todos ya grandes, pero igual sigue ocupándose de la casa durante la mañana y recién se pone a tejer después de comer, pero a partir de ahí “no paro hasta la cena y después, si tengo que terminar algún pedido sigo un rato más. Anoche (por el domingo), estuve hasta las 2 de la mañana”, cuenta con alegría y ya tiene incorporada la venta, pues aclara que tiene productos de decoración y también de prendas de vestir. Hace también ojotas y bolsos para la playa con totora, utilizada para el tejido de punto (en jersey, lycra o modal), y no se deshilacha. Hace cubre tazas, cubre macetas, teje mini cactus, caminos de mesa, y todo para el hogar. Este arte de crear tejiendo la ayudó a superar su enfermedad, así como su familia que no la deja sola y la incentivan a seguir. Además de su esposo y sus hijas, Elizabeth tiene a su mamá de más de 80 años, quien le hace compañía mientras ovilla. Las bikinis, tops, ojotas y bolsos playeros son los que ahora ocupan todo su tiempo, y dice que si “están muy apuradas puedo terminar un top en poco más de un día y si es una bikini un poquito más, pero no más de dos días”. ContactosPara comunicarse con Elizabeth pueden buscar la página de Facebook Mi Lana. También pueden ir los miércoles, jueves y viernes a la tarde en el Paseo Bosetti, en las ferias de la costa o por WhatsApp al 3764746201.El domingo 14, a partir de las 17:00, pueden pasar por la costanera para ver y elegir lo que desean o lo que necesitan.




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