Señora Directora:?El gobierno nacional acaba de poner en vigencia un brutal tarifazo en energía eléctrica que, paradójicamente, tratará de poner un poco más de equidad entre lo que pagan los consumidores del interior y los del área metropolitana porteña. A la vez, en el mismo sentido ya se anuncia otro aumento similar en cuanto al gas de consumo domiciliario.Lamentablemente, para disponer ese aumento se cumplió parcialmente con la ley, repitiendo un proceder que viene dándose desde diciembre y que soslaya algunas obligaciones (o limitaciones) a conveniencia del gobierno de turno. Tal el caso, de la audiencia pública necesaria para el incremento tarifario eléctrico a nivel nacional y que el gobierno interpreta ya se hizo, cuando el tema fue tratado por su antecesor y no concretado.Ambas subas lógicamente tendrán un fuerte impacto en la inflación que ya en algunos productos en solo cuatro meses ronda el 50%, consecuencia de la especulación desbocada de algunos y la “timba” del dólar para otros. Aunque oficialmente se estima que el índice de precios para todo 2016 solo rondaría 25%, tope que se pretende imponer a las negociaciones paritarias de ese año. Un poco más reales, muchos gremios ya comienzan a hablar de al menos 40%, a los que otros suman una segunda negociación a mediados de año.Lo cierto es que en muy poco tiempo se retrajo el poder adquisitivo de los salarios y se pretenden restringir más siguiendo el consejo de ciertos empresarios que reclaman “competividad” para poder colocar con mayor facilidad sus productos en el exterior.





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