Hace seis años que Norma Villar, vecina de Iguazú, se despierta por la mañana y revive una y otra vez el mismo ritual: se lava la cara, los dientes y se pone repelente. Antes del desayuno, la mujer intenta, con todos los elementos que están a su alcance, evitar ser picada por el Aedes aegypti. La razón es clara y contundente: ya tuvo dengue y teme volver a contagiarse.Este es el caso de varios misioneros que ya se enfrentaron con el diagnóstico positivo de la enfermedad y saben que, una segunda infección con el virus puede ser peligrosa por demás. Entonces, los rituales de protección con repelentes, la limpieza y el uso de espirales, están a la orden del día. “Siempre estoy con repelente, porque uno sabe que si se contagió una vez tiene que cuidarse de por vida”, señaló Norma a PRIMERA EDICIÓN. Aseguró que se encarga de mantener limpios los patios, de no juntar agua en algún recipiente y que el ritual del repelente se repite varias veces al día, más por estas épocas de epidemia en la provincia. “Yo comencé con náuseas, vómitos y un desmayo el 25 de enero de 2010. Hasta me acuerdo la fecha exacta”, indicó la mujer. Tras el desmayo, estuvo internada alrededor de tres horas, pero al otro día se sentía mejor.“Fue un domingo, incluso me levanté y limpié. Me fui a dormir la siesta y no me pude levantar más. De ahí fueron siete días de fiebre, donde estuve sin comer ni tomar nada”, explicó Norma.En 2010 “se realizaban estudios a todas las personas que presentaban los síntomas”, dijo Norma, que cuando fue a preguntar por sus resultados positivos y qué pasaba de ahora en más, “me dijeron que no sabían”. Al día de hoy, vive cuidándose del mosquito, por temor a volver a contagiarse y no saber qué puede pasar. Sobre la situación del 2010, “este año la epidemia es más grave porque no se hizo nada. Estuvieron más preocupados por la campaña que no trabajaron en la prevención”, opinó la mujer. Volvieron los espiralesRamona Cantero utiliza entre cinco y diez espirales por día en su casa y alrededores con la intención de que no ingresen mosquitos en su vivienda. Además, también tiene el repelente a mano siempre. El Aedes aegypti es un enemigo para ella. “La pasé muy mal”, dijo Ramona a PRIMERA EDICIÓN. La mujer, también vecina de Puerto Iguazú, estuvo con fiebre alta y “casi convulsioné. Estuve muy mal alrededor de diez horas, después mejoré un poco pero el malestar continuó durante siete días”.También fue víctima del Aedes en el 2010 y ahora cayó su hijo de 18 años. “El 4 de enero comenzó con el malestar, lo llevé al hospital donde le hicieron los estudios y me confirmaron que era dengue. Su recuperación fue rápida y hoy está bien”, aseguró la mujer.Indicó que en la manzana donde se encuentra su casa “hay seis casos confirmados de la enfermedad” y atribuye ciertos malestares actuales al dengue. “Tiempo después de curarme comenzaron a dolerme las articulaciones, pero yo no tengo problemas de huesos ni de calcio, ni nada similar. Mi única explicación es que puede ser eso”, relató Ramona mientras aseguró que la semana que viene se irá a la provincia de Buenos Aires y la intención es hacerse ver con un doctor sobre ese tema.Mucho cuidadoMartín Cesino, subsecretario de Atención Primaria de la Salud, le dijo a PRIMERA EDICIÓN que volver a contagiarse de dengue no es una sentencia de muerte. “La persona que ya sufrió un contagio en el 2009 ó 2010 tiene mayor riesgo, pero depende mucho de su capacidad inmunológica. De las defensas que tenga”, señaló el funcionario. “La capacidad inmunológica de la persona, su edad, si no es un paciente oncológico o tiene algún otra patología de base, son situaciones que hay que tener en cuenta”, agregó. Rescató que durante el 2009 y 2010 circuló el Den 1, misma cepa que circula este año y, la persona que ya se contagió “no corre riesgo porque ya generó los anticuerpos y la defensa inmunológica para ese serotipo”. A su vez, descartó que haya patologías que aparezcan después de tener dengue. “Para una persona que tiene una determinada patología quizá sea más riesgoso, pero hasta el momento no se conocen casos”, cerró.La atención en el consultorio móvilLlevar la atención a los barrios. Esa fue la premisa con la que se manejó el Ministerio de Salud Pública de la provincia para la instalación de consultorios móviles en diferentes barrios de Posadas, organizados por un mapa de cuáles eran las zonas de la ciudad donde había una mayor cantidad de casos. Hasta el viernes, los mismos se encontrarán en los barrios Santa Rita (frente a la delegación municipal), Itaembé Miní (también en la delegación municipal) y en el Aeroclub (en el comedor Divino Niño). La atención comienza a las 9 de la mañana y finaliza a las 18, de corrido y sólo se reciben a pacientes febriles con síntomas de dengue.El barrio Aeroclub era uno de los que más pedía por un consultorio móvil debido a la cantidad de casos que los vecinos denunciaban. PRIMERA EDICIÓN llegó hasta allí y sólo durante la mañana, en el consultorio móvil se habían atendido siete casos. “A todos se les recomienda Paracetamol y reposo”, indicó una de las promotoras de Salud mientras le tomaba la presión a uno de los señores que llegó con síntomas febriles.En Santa Rita, el consultorio estaba más concurrido por los vecinos. “Nosotros ya tuvimos dengue. Eso nos dijeron, pese a que nunca nos sacaron sangre”, dijo una pareja que llegó al consultorio debido a la picazón constante de la mujer en sus piernas. Mismo síntoma que presentó otra de las pacientes del consultorio, también curada de la enfermedad.





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