Hace diez años que Yonathan Emmanuel Sánchez (21) espera la llegada de su Documento Nacional de Identidad (DNI). Nació el 4 de mayo de 1994, en San Nicolás, provincia de Buenos Aires, y cuando era muy chiquito, su madre, adolescente en aquel entonces, decidió radicarse en La Paz, Entre Ríos. En 1999 se trasladó a Misiones, precisamente a Oberá. Por circunstancias del momento no se preocupó por el documento de su primer hijo. Instalados en la Capital del Monte, inició los trámites para obtener la partida de nacimiento y así procurar el DNI. Pasaron los años y la gestión no avanzó. Jonathan pudo concluir la escuela primaria a pesar de la situación, pero el nivel secundario debió abandonar ante la exigencia del documento de identidad.En el 2006, él mismo decidió insistir para resolver su insólito caso. El expediente 902/06 sigue siendo sólo eso, un expediente, aún sin resolución. “Ya no sé qué hacer, voy periódicamente al Registro de las Personas, y nada. Me dijeron que como era fuera de término se iba a demorar dos años, pero ya transcurrieron casi diez y no tengo mi identificación”, relató a PRIMERA EDICIÓN.Según la legislación argentina, el DNI es el único instrumento de identificación personal. No puede ser reemplazado a efectos legales, para trámites ante el Estado, acceder al ámbito laboral dentro de las normas, ejercer el derecho al voto, entre tantas otras cosas.Yonathan está en pareja y tiene una hija de un año. “No pude anotar a mi hija, lleva el apellido de mi señora. No puedo tener un trabajo en blanco. Soy electricista y hago trabajos domiciliarios, pero no puedo tener una motocicleta tan necesaria para movilizarme, porque no puedo sacar el carnet de conductor. Ni hablar de salir de Oberá, no puedo nada”, lamentó el joven.En plena época digital, resulta llamativa la demora. “Ya me tomaron las huellas como tres veces, me sacaron fotografías. Pedí ayuda a un montón de gente. Funcionarios, candidatos, en el Registro ya me súper conocen, pero la respuesta es siempre la misma: que tengo que seguir esperando. Los otros días me dijeron que vaya al Inadi, porque lo mío es discriminación, pero como no tengo recursos no fui. Realmente no es fácil lo que me pasa, necesito mi identificación. Así es como si no existiera”, confesó.





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