Uno de los temas más sensibles que prevé revisar el Gobierno nacional es el reparto de subsidios a la energía (electricidad y gas) y al transporte público, aplicando una reducción que seguramente repercutirá en un incremento del precio de los servicios. Si bien la decisión tendrá un impacto en la mayoría de los argentinos, desde el Ministerio de Energía conducido por Juan José Aranguren ya se anunció que se tratará de mantener el beneficio a los sectores económicamente más humildes.Antes de avanzar en este paso es conveniente realizar un diagnóstico de cómo se encuentra la situación actual y cómo se desarrolló en la última década. En este sentido, un informe elaborado por el Cippec (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) revela el reparto desigual de los subsidios entre los años 2005 y 2015 entre las diferentes regiones del país.Misiones y las provincias del NEA, en este escenario, se vieron notoriamente perjudicadas por el reparto desigual, con la consecuencia de tener servicios públicos (electricidad, gas, transporte) mucho más caros que en el sur del país. Esto, a pesar de ser la región NEA la que obtiene menos ingresos salariales por persona.De acuerdo al Cippec, subsidios nacionales destinados al transporte y la energía, equivalen a trece veces lo ejecutado para la Asignación Universal por Hijo en 2014 y a cuatro veces el gasto educativo nacional en 2013. Según este trabajo, las provincias del Norte son las menos beneficiadas en este esquema. El NEA recibe 1.838 pesos por habitante y el NOA, 2.480 per cápita. La zona Pampeana recibe 3.656 pesos; Cuyo, 4.095; resto de la provincia de Buenos Aires, 4.806. Mientras que el área metropolitana de Buenos Aires percibe 7.009 pesos por residente y la Patagonia, 10.219 pesos.“Los subsidios están en el corazón de los principales desequilibrios macroeconómicos de la Argentina”, señala el documento. Pero advierte que una política de shock o quita sin contemplaciones podría generar “un aumento de alrededor del dos por ciento de la pobreza” en el área metropolitana de Buenos Aires, “reduciría el ingreso de los sectores medios en un cinco por ciento, duplicaría el peso del gas, la electricidad y el transporte público en el gasto de los hogares con menores ingresos, y sumaría en lo inmediato un cuatro por ciento a la inflación”.Entre 2006 y 2015 aumentaron del 1,4 por ciento del PBI al 4,8 por ciento. La energía explica aproximadamente el 70 por ciento de las subvenciones, que se destinan a los servicios de gas y electricidad.Lo más injustoEl trabajo, además, detalla que “más allá de estas diferencias regionales, en el nivel nacional los subsidios benefician más a los hogares de ingresos medios y altos que a los sectores de menores ingresos”.“Los subsidios son políticas que reducen los costos o complementan los ingresos de los consumidores y productores. En esencia, los subsidios son transferencias de la administración pública a empresas o consumidores para permitir que determinados bienes y/o servicios sean consumidos (o producidos) a un precio (o costo) inferior al necesario para cubrir los costos de producción”, explica el documento.Una de las vías, según detalla el informe, es poner en marcha un sistema de tarifas sociales para no afectar a los usuarios de mayor vulnerabilidad. Estos pueden ser esquemas basados en programas de transferencias monetaria con identificación de errores de exclusión.





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