Cuanto menos miedo sienta, mejor preparada está una mujer para el parto, por eso no hay mejor forma que llegar a este momento, uno de los más importantes en la vida de una mujer y, por qué no, del hombre también, que teniendo pleno conocimiento de lo que va a pasar, por eso el Hospital Neonatal ofrece a las futuras mamás un encuentro para la Preparación Integral para la Maternidad (PIM), los lunes, miércoles y viernes, desde las 8, con el turno previo, que se obtiene en la ventanilla de ingreso.La licenciada en Obstetricia Marta Benítez está a cargo de las charlas, que se completan con ocho reuniones a las que asiste una veintena de “panzas”, algunas acompañadas por papás que logran hacerse de ese “tiempito” e involucrarse de lleno en lo que pasa y está por pasar alrededor de esa vida que desde su concepción comenzó un gran cambio en la familia.El amor por la tarea que lleva adelante se percibe en Marta desde que atraviesa la puerta y desde ese instante en el que empieza su conexión con las mamás, todas con más de 35 semanas de gestación y a quienes insiste en tres pilares básicos que serán el sostén en el momento del parto: el saber qué pasa y qué es lo que está por pasar, la confianza en el equipo médico y la confianza en ellas mismas. Y es entonces cuando surgen anécdotas, como la de una mamá que, por pánico, decidió que su primogénito llegara al mundo a través de una cesárea, por ende, así nació su segundo bebé, pero el destino quiso que esta mujer transite, mucho tiempo después, un tercer embarazo, con el que pudo experimentar un parto normal del que no se arrepiente.Son siete los años, aproximadamente, los que lleva Marta enseñando a las embarazadas a enfrentar el gran día en el Neonatal, a partir de la recomendación de los médicos, donde, según explica, cuesta un poco mantener la continuidad, “pero trato de ir buscando el contacto, adecuándome a la gente que viene. También son importantes las charlas entre ellas”, destacó.Además de aportar información relacionada con la anatomía de la embarazada, a reconocer una contracción de trabajo de parto de una aislada, los signos de alarma para la consulta, tipos de respiración y pujos, Marta ayuda a preparar el bolso, una tarea sencilla que se convierte en una corrida de mantillas y batitas para las primerizas, que en su afán de ver a sus bebés emperifollados son capaces de olvidarse elementos imprescindibles, como los pañales, por ejemplo.Aunque no todas son palabras, en algunos encuentros las colchonetas o almohadas se apoderan de la sala y se pone el cuerpo a trabajar con ejercicios relacionados, mayormente, a la elongación, con los que “se trabaja el abdomen para fortalecer así la cincha abdominal y poder pujar”, mencionó la licenciada.“Los papás en la sala de parto, es maravilloso lo que logramos en ese sentido, estoy feliz de que de a poco haya más conciencia del respeto al nacimiento y la hora sagrada para ese niño. Siento que todos los progenitores, los profesionales y todo el entorno somos hacedores de la personalidad de estos nuevos seres que son el futuro de la humanidad toda”, dijo Marta Benítez.Y los pequeñitos también tendrán sus beneficios con estos encuentros, puesto que de la preparación de sus padres surgirá la seguridad y tranquilidad con que el nuevo miembro de la familia será recibido.





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