Manuel Mártires Céspedes es el flamante jefe de la Policía de Misiones. Se retiró de la actividad hace ocho años con la máxima graduación que establece el escalafón de la fuerza de seguridad provincial: comisario general. Se especializó en técnicas de gerenciamiento en situaciones de riesgo con la Policía estadual de Dusseldorf y hasta trabajó con el exclusivísimo grupo de élite de Alemania, conocido como GSG9. En 1996 trabajó como personal adjunto de la Policía Civil de Brasil y al año siguiente, con la Policía Militar del mismo país.Es parte del extenso currículum que llevó a este hombre, nacido en el populoso barrio de Villa Urquiza, a la cúpula de la Policía de Misiones. En una entrevista con PRIMERA EDICIÓN no eludió temas ni preguntas en un intervalo de una cargada agenda de actividades y reuniones a poco de asumir en su nueva funciónUsted tiene un hijo en la Policía, ¿su función representa alguna ventaja para él?No para nada, de hecho el 31 de diciembre mi hijo estuvo afectado a un operativo de seguridad. Hay muchos comisarios generales que tienen hijos cursando en la Escuela pero son casos independientes, aparte, nada que ver con una cuestión de privilegios.Aumentaron las causas judiciales que involucran a policías. Una de ellas fue el crimen del albañil Guirula, con una decena de policías procesados; o la condena de policías por el robo de droga en Puerto Rico; ¿cómo se trata este problema?Yo no hablaría de corrupción, sino de negligencia. En el caso Guirula creo que se debió a una falta de doctrina procedimental. Porque hay formas de detención que están amparadas bajo la ley, fácilmente de llevar a cabo. Creo que tenemos que apuntar a la educación, a la formación. Creo que el policía que sale a la calle debe ser casi un paramédico, casi un especialista en defensa personal y casi también un negociador.Algunos dicen que antes había menos casos de corrupción; otros que ahora se encubre menos; ¿cuál será su posición?Creo que si realmente queremos comenzar a cambiar, debemos trabajar con la realidad. Hay que trabajar con la verdad y con modelos aleccionadores para frenar cualquier tipo de abuso. Creo en la capacitación pero también que la Policía no debe convertirse en un fondo laboral, en un fondo de trabajo. No podemos negar que hoy hay buenos salarios y que muchos, o un alto porcentaje de los que ingresan, lo hacen buscando una mejor remuneración. Mucha gente piensa que el policía gana hoy, como mínimo, 10 mil pesos pero presta un servicio por 2.500, como antes. ¿Qué opina?Debemos lograr que el personal ingresante, o al menos el 50%, sea por vocación. Y evitar aquel que no tiene nada de vocación, porque no habrá dinero que cubra ese vacío. Por más que el salario sea el doble el servicio seguirá deficitario. ¿Y cómo piensa hacer porque no faltará el funcionario que golpee a su puerta para pedirle que haga ingresar al hijo de un amigo?Tenemos el compromiso del doctor Marcelo Pérez (Ministro de Gobierno) de acompañar nuestra gestión para que los que ingresen quieran, realmente, ser policías. Un punto interesante es que hablamos de la necesidad de contar con jóvenes de las colonias, para darle una solución ocupacional a ese chico que está en la colonia pero, a la vez, poblar nuestros destacamentos que están vacíos o cerrados porque la gente que ingresa, cerca del 90%, es de la ciudad y no queda en los destacamentos del interior. La provincia registró un preocupante aumento de crímenes mafiosos. ¿Cómo los combatirán?Con una inteligencia policial acorde. Debemos trabajar sobre la información de Inteligencia porque hoy se está trabaja sobre los hechos. Usted habló de crear módulos para estar más cerca de la gente. ¿De qué se trata?El policía es reticente a la calle. Hoy en el mundo se están traspolando los servicios; como en Italia o España, que traspolaron las comisarías a los lugares donde realmente son necesarias. Los llamo módulos por darle un nombre, pero en realidad son oficinas rodantes, versátiles, ágiles, cambiantes. Esa es la finalidad, que (los policías) no estén estáticos en un lugar. La comisaría es estática. Cada vez que se habla de mejora salarial, resuenan los tambores del levantamiento de 2012. ¿Coincide con esto? Creo que no son las mismas épocas. Tampoco la población está para apoyar ese tipo de manifestaciones. Si bien hay sectores que se encargan de fogonear, porque sirven a intereses políticos, no están dadas las condiciones. Todos aquellos que quieran tirarse a ese tipo de aventuras tienen que pensarlo muy bien. Usted dijo que la Policía es una superestructura administrativa; ¿a qué se refirió?Está superpoblada de Direcciones, divisiones, espectacularmente bien montada pero que responde a una institución con una dotación de 20 mil hombres que no es la que posee la Policía de Misiones. Así que no dudaré en hacer una reingeniería de todas esas Direcciones y divisiones…¿Hacer algo más chico pero más fuerte?Exactamente. Y establecer directivas para afectar personal a recursos humanos y hacer una auditoría de las distintas áreas, para saber exactamente con cuánta gente contamos en cada oficina, en cada Dirección.¿Eso redundará en que haya más policías en la calle?Sí, la intención es esa. Y eso produce un poco de escozor en el policía porque está acostumbrado a un lugar de trabajo; pero si hoy analizamos qué necesitamos; llegaremos a la conclusión de que es presencia. Hoy estamos cargando la seguridad de la ciudad básicamente en estudiantes policías…¿La excesiva cantidad de policías en tareas burocráticas se resiente en las calles?Son visiones de cada jefe de Policía y no creo que lo hayan hecho con mala intención, al contrario, pero se resintió el otro aspecto, el de la seguridad, que es realmente el que la gente toma en consideración. ¿Qué es lo que la gente aprecia? El vigilante en la esquina, el patrullero que pasa cada tanto, el investigador que se acerca a la gente y se muestra en interesado en resolver la investigación… esto es lo que verdaderamente le importa a la sociedad. Espero que los policías sepan entender esa situación y que no se sientan denigrados, porque esa es la función primordial que debemos perseguir y no olvidar.





Discussion about this post