Muchas personas suponen que esperar cosas buenas de uno, y creerse que es bueno va en contra de la humildad. Pero no es así. La ciencia ha demostrado que estar centrado en los errores, machacarte con tus fracasos, ser duro y perfeccionista con uno mismo, elevan los niveles de frustración, ansiedad y la probabilidad de cometer errores.Las personas somos capaces de superarnos cuando tenemos una meta y cuando somos plenamente conscientes de qué recursos, capacidades, valores y talentos tenemos para alcanzar esa meta. No basta con tener un objetivo bien definido, ambicioso y motivante, sino que necesitamos conocernos bien para saber cómo esforzarnos y qué hacer para lograrlo.Necesitas creer en tu talento y en todos los valores que lo hacen brillar. Necesitas esperar cosas buenas de ti, confiar en que serás capaz a través de tu trabajo, de que los límites solo están para cruzarlos y que a través de horas de entrenamiento y de perseverancia, la mayoría de metas están a nuestro alcance. Pero solo ocurrirá si esperas cosas buenas de ti.Define tu talento y tus valores. ¿En qué eres bueno, qué se te da bien, qué valores te ayudan a lograr tus metas? Y trabaja en la línea de lo que quieres conseguir. Si deseas alcanzar un objetivo determinado, diseña el plan de quien lo va a conseguir, no de quien tiene duda en hacerlo. No te limites, confía en ti. Ya habrá tiempo para rectificar. Si empiezas a medio gas, con excusas, con esa humilde prudencia, no llegarás a nada. Actúa como si fueras capaz de conseguirlo. No le saques punta a los errores. Como sabemos que forman parte del aprendizaje, acéptalos y déjalos estar. Saca la información para aprender de ellos pero no para sentirte mal. Si les prestas atención de más, estarás más pendiente de ellos que de tus aciertos, y los aciertos son las expectativas que esperamos.Pregúntate: ¿Dónde puedo llegar? No te quedes con lo que eres o tienes si tu deseo es mejorar. Si no te ves capaz no invertirás tiempo ni esfuerzo en otro tipo de entrenamiento o ni siquiera buscarás con un profesional cómo mejorar. Darás por sentado que lo que tienes es tu máximo y actuarás como si esta premisa fuera cierta. No. Ten curiosidad por saber qué más se puede hacer y actúa.http://blogs.sportlife.es/





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