Se dio cuenta que se hacía poco y decidió tomar las riendas de la situación. Así fue como Marciana Núñez, de 38 años, llegó a Posadas para conseguir colchones y frazadas para la gente que en la aldea Perutí, donde vive, dormía en el piso y de manera precaria. A su regreso, le contó a la gente lo que había conseguido y fueron muchas las mujeres que comenzaron a fomentar la idea de que se presente para ser cacique. Querían que sea una de ellas las que lleve al frente a la comunidad. Así fue que comenzó la junta de firmas y, tras las elecciones correspondientes, Marciana Núñez se volvió la primera mujer cacique de Perutí en 35 años. No era su idea inicial y el camino no fue nada fácil. El cacique saliente, Ramón Villalba, no tomó bien la noticia y en palabras de la propia Marciana “no nos llevamos bien. Él sigue en la aldea, pero la situación no está nada bien. Él no se quedó muy contento por haber perdido y trata de ponernos palos en las ruedas. Le miente a las otras personas y dice que no nos apoyen. Sólo hace cosas malas, me calumnia a mí y a mi segunda Olga Benítez, mi mano derecha”, aseguró Marciana en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. A poco más de un mes de haber asumido, esa es la situación en la que viven. Sin embargo, la mujer no piensa bajar los brazos. “Hay muchas cosas para hacer”, aseguró. Una de ellas, quizá una de las más importantes, es el tema de las viviendas para la comunidad. Sin ánimo de perder tiempo, a los pocos días de haber sido elegida para llevar las riendas de la aldea, “me fui a hablar con el intendente para saber qué pasa con las viviendas. En la charla, él me dijo que iban a tratar de hacer todo lo posible para tenerlas”, señaló. Otro tema importante para Marciana son los niños y las mujeres de la comunidad. Una de sus promesas ahora que asumió es terminar de una buena vez con el maltrato a la mujer. “Nosotras vamos a hacer todo lo posible por los chicos y las mujeres. No queremos que haya más maltrato a la mujer, eso se va a terminar”, remarcó en diálogo con este Diario. La votaciónTras el recuento definitivo, Marciana alcanzó 105 votos contra los 50 de Villalba. Una vez que la nombraron, eligió a Olga Benítez como segunda cacique, a Rita Dos Santos como primera representante y a Fernando Villalba como segundo. Además, se encargó de conformar un consejo de ancianos fundadores para que les acompañen en el trabajo. Es la primera vez en 35 años de historia que la aldea tiene una cacique mujer y un equipo de trabajo integrado, en su mayoría por mujeres. “Gracias al apoyo de las mujeres de la comunidad fue que salimos seleccionadas y por ellas trabajaremos. Queremos que a nadie le falte el techo y una cama donde dormir. Hemos visto a criaturas durmiendo en el piso”, dijo la mujer. Marciana es madre de nueve hijos y Olga, su mano derecha, es mamá de tres. Toda su vida se desempeñó como ama de casa. Pero ahora, que asumió tras el cambio de autoridades está preparada para dejar atrás años de silencio para las mujeres de la comunidad. En su papel, asegura que le dará voz a todas aquellas que callaron tanto después de años donde los caciques no las escuchaban. “El cacique anterior no quería escuchar a las mujeres porque decía que no teníamos derecho. Ahora ganamos y nos van a escuchar”, señaló. Son varios los temas que tiene Marciana en agenda. El primero es la terminación de las viviendas para la comunidad, razón por la que fue a hablar con el intendente de El Alcázar. El segundo es la salud, para mejorar la atención y el acceso a la gente que vive en la aldea. También quiere incentivar la formación en oficios y aumentar la escolaridad para las mujeres, como una herramienta para poder defenderse por sí solas de ahora en más.





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