Con la reubicación de 48 familias que residían en los espacios destinados a las calles internas de la Chacra 145 podrán continuar con normalidad las tareas de urbanización que lleva adelante desde hace unos años la comisión vecinal del ahora denominado barrio “Itá verá” (piedras preciosas o que brillan).Francisca Benítez, presidente de la comisión vecinal, que junto a otras mujeres intenta realzar la imagen del espacio que habitan desde hace varios años, aseguró que “estamos muy contentos porque ahora con la apertura de varias calles tenemos más salidas. Hay posibilidades que puedan entrar las ambulancias y los móviles policiales. Antes de esto se dificultaba muchísimo”.Recordó que las tres primeras casas se entregaron en mayo, cuando se terminó de abrir la avenida Martín Fierro, y que la mayoría de las viviendas son destinadas a las familias que residían sobre el trazado de las calles, aunque hubo algunas con problemas de salud que recibieron una construcción con el propósito de mejorar la calidad de vida. Las edificaciones fueron levantadas en un terreno de 9 metros por 20 y poseen sala-comedor-cocina, dos dormitorios y baño instalado.Dijo que para continuar con urbanización resta terminar los trabajos en la parte central de la chacra donde existe una carga de brea que “no se sabe si alguien hecho una carga o de donde provino”, teniendo en cuenta que anteriormente se hallaba ahí un basural de grandes dimensiones. “Existe en ese espacio una pequeña cancha de voley y cuando hace mucho calor la brea brota y no puede ser utilizada”, contó Benítez, que concluirá su mandato en 2017 y tiene en su mente varios proyectos para su gestión.Feria exitosaConfió que continúan las tareas encaradas en el barrio, como es el caso de la feria que instalaron a la vera del arroyo Mártires, a metros de la avenida Chacabuco. Señaló que “es exitosa y que desde algunas instituciones se obtuvieron microcréditos para los feriantes a fin que puedan seguir trabajando en rubros variados, como sucedió desde los comienzos”.Dijo que algunos de los trabajadores concurren durante la semana pero que la mayoría se aglutina los sábados, que son los que venden alimentos. Además, se construyeron una especie de mesas porque no se permite que tengan la mercadería en el piso.Benítez adelantó que en marzo comenzará la construcción de un tinglado que permitirá cubrir todos los puestos allí instalados. “En una de las canteras de la chacra se planificó un espacio para construir una cancha y un parque integrado. Ya se hizo el relleno y se emparejó. También el tinglado con sanitarios y una oficina”, comentó.En los inicios eran 116 puesteros que comercializaban artículos varios. Entre ellos hay quienes se dedican a la elaboración de alimentos y de una variedad de dulces, otros venden golosinas y artículos de kiosko, también ropas y tejidos confeccionados por las mismas emprendedoras. “Buscamos esta alternativa porque tenemos muchas familias sin salida laboral, y es una ayuda para recibir un incentivo y salir adelante. De hecho hay madres solas que tienen que sacar adelante a sus hijos”, había manifestado la mujer al iniciarse este emprendimiento.“Nos estamos organizando y queremos que esto realmente un barrio digno. Estamos en el acceso a la ciudad, viniendo desde el aeropuerto, y queremos que esto resalte y haga a su nuevo nombre que es “Itá verá”, una piedra brillante”, aseveró.





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