En la Capital de la Madera hay lugares con gran cantidad de chatarras de automóviles desarmados. No hay una legislación para este tipo de desguazadero y tampoco un lugar para que los tiren. Muchos lo hacen en el basural improvisado que está detrás del Barrio Hermoso. Otros lo tienen en sus talleres al lado de la ruta o en algún lugar de la ciudad.Al llegar a la ciudad por la ruta, ya sea desde San Pedro, El Soberbio o desde Dos de Mayo, la ciudad de San Vicente tiene sendos cementerios de automóviles que luego de desarmarlos los amontonan al costado de la ruta o en algún predio privado.En esta localidad no hay una legislación sobre este tipo de depósitos. Eso permite que los mecánicos de automóviles, conocidos como desarmadores, no tengan obligación de darle un final a las chatarras que les sobra. Eso permitió a que hayan al menos diez lugares con acumulación de restos de carrocerías de automóviles, entre los más grandes y los más chicos.La única ordenanza que más se ajusta a regular los depósitos de automóviles abandonados en la vía pública es una que se aprobó hace seis años y prohíbe que automóviles permanezcan mucho tiempo en un solo lugar sin moverlos de las calles de la ciudad. Es así que los inspectores municipales se encargan de notificar a los propietarios en el caso de que un automóvil permanezca más de un mes sin moverse, en una calle o avenida de San Vicente.Sin embargo, los desarmaderos más grandes están en las afueras de la ciudad y ahí el cuerpo de inspectores de tránsito municipales no controlan. La acumulación de chatarras crece día a día. Autos rotos que no tienen arreglo, o bien que sus dueños no pueden recuperar, van a parar a las manos de estos mecánicos que desarman para vender las partes. Las autopartes usadas que sirven como repuestos son vendidas al público en general y las carrocerías y chasis son desechadas y apiladas.Como no hay una legislación que prohíba este tipo de acumulación de chatarras, o por lo menos no se conocen, nadie los obliga a deshacerse. El municipio no tiene un lugar para acumular, ni tampoco tiene la forma de reciclar. Lo único que queda es vender a las grandes siderúrgicas para que lo reciclen. Pero los costos son más altos que los beneficios económicos. Es por eso que los particulares no lo hacen.Esta acumulación de chatarra no sólo genera un mal aspecto, sino también daña el medio ambiente, convirtiéndose en recipientes donde alimañas, mosquitos y distintos clases de insectos y roedores se esconden y terminan en las casas de los vecinos. Toneladas de chatarras depositadas al costado de la ruta o en algún predio privado van derramando residuos pesados al ecosistema. Según pudo verificar este diario, en los tres accesos a la ciudad, hay depósitos de chatarras, los más grandes se los ve por la ruta Nacional 14. Otros por la ruta 13 y completan una decenas con depósitos más chicos dentro de la ciudad. Casualmente los que están dentro de la ciudad son los que descartan las partes de autos en el improvisado basural municipal detrás del barrio Hermoso.





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