El método de negociación colaborativa de Harvard, distingue el momento de las opciones del de las elecciones. Nos enseña que al momento de generar las opciones para arribar a un acuerdo hay que ser creativo y no juzgarlas, cuestión que haremos luego, al momento de decidir.Generalmente estas etapas se mezclan, nos apresuramos y decidimos mal, dejando cosas sobre la mesa y perdiendo oportunidades. Estadísticamente, tomamos la primera o segunda opción que surge en una negociación. Esta diferenciación que parece tan sencilla es sumamente útil en la negociación y también lo es en la vida.Durante el día se nos presentan miles de opciones y como habitualmente andamos en modo “automático” nos olvidamos que tenemos la posibilidad de elegir. Hacemos y hacemos sin pensar. Quizás no controlemos la cantidad de cosas y opciones que se nos presentan, pero sí tenemos la capacidad de seleccionar, aunque la usemos poco.Parece que no advertimos que nuestra vida es el resultado de todas esas pequeñas decisiones que vamos tomando día a día, momento a momento, esas que tal vez son ignoradas por pequeñas y que juntas determinan el lugar en el que estamos hoy. Por esto es tan importante tomar conciencia y establecer prioridades, en las que influirá, en gran medida, la imagen que tengamos de la vida: ¿cómo ve el lector la vida? La respuesta a esta pregunta condicionará nuestro comportamiento, nuestras elecciones y el modo en que nos relacionemos.Si vemos a la vida como hostil, es probable que percibamos todo y a todos como enemigos, que vayamos reaccionando y estando a la defensiva. Actuando desde el dolor y el miedo. Creando fantasmas donde no los hay, armados por las dudas, contribuyendo a la escalada del conflicto.En cambio, si vemos a la vida como aliada, si confiamos en que está de nuestro lado, percibiremos a los demás como ayudantes en nuestro paso por ella, veremos los desafíos como favorables y caminaremos con la certeza de estar donde Dios o el Universo nos quieren, con fe en el bien.Detengámonos por un momento a reflexionar, practiquemos la escucha activa con nosotros mismos para reconocer nuevamente nuestra conexión con la vida.Nuestras elecciones y definiciones abren puertas y dejan otras cerradas. La historia que cada uno se cuenta sobre su propia vida, esa que nos hace ser víctimas o protagonistas merece unos minutos de reflexión que nos permitan sintonizar con la paz y el amor que todos llevamos dentro. Elijamos desde ahí.Colabora: Valeria Fiore. Abogada-Mediadora [email protected]





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