En 1706 se funda la Compañía de Trinidad, los Jesuitas e instalan en la zona en 1712 y desde entonces y hasta el año 1764 se ponen a trabajar en la cantera que se conoce como Itá Cajón (Piedra Cajón) un espacio de más de cuatro hectáreas para el descanso, la contemplación y el reconocimiento de la historia. Una lectura rápida del estado de las instalaciones sería que los sacerdotes evangelizadores de la Compañía de Jesús estuvieron trabajando más de 50 años en la cantera para extraer las rocas que más tarde les serviría construir la grandiosa ciudad. “Sin embargo, sólo pudieron disfrutarla cuatro años, ya que después vino la expulsión…pero esa es hora historia”, sonrió la encargada de turismo Dahiana Romero. Romero contó que el uso y mantenimiento de las instalaciones habían tenido un abandono de 10 años ya que entre 2000 y 2010 un hubo inversiones. Recién en 2011 se volvió a reactivar la cuestión de las visitas mediante un convenio con la SENATUR (en jurisdicción de las reducciones de Trinidad) para que las visitan que reciben allí también sean enviados a la cantera. En el lugar, los visitantes podrán encontrar una geografía muy singular, parecida a pequeños cajones Hay como pequeños cajones dentro de un gran cajón de cuatro hectáreas. Dentro de los cajones son visibles las figuras simétricas parecidas a pequeñas “eles”“El arquitecto Juan Bautista Primoli llegó a obsesionarse tanto con las piedras, que su gran temor era que se terminen las rocas con las cuales estaba construyendo”, explicó la mujer.Basta una mirada general para entender que la cantera posee material para volver a construir de cero el imperio.LA INFORMACIÓN COMPLETA EN LA EDICIÓN IMPRESA DEL DOMINGO 6 DE NOVIEMBRE





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