Alcohólicos Anónimos (AA) conformó un nuevo espacio de encuentro en Eldorado, en la Biblioteca del Hogar San Juan, Montevideo 1860, kilómetros 10, donde se reúnen todos los martes y viernes, de 20 a 21.30, al que denominaron "Déjame nacer de nuevo", porque a partir de la recuperación se nace de nuevo, se deja una vida para vivir otra.El coordinador del grupo, alcohólico en recuperación, de quien obviamente se resguardará la identidad, explicó que en Eldorado se llevaban a cabo reuniones de AA, sin embargo quedaron en suspenso dado que "los alcohólicos, las primeras veces, no queremos estar en un lugar público, no queremos ir a un lugar donde nos vean y en la iglesia San Miguel, donde se hacían las reuniones, era un ir y venir constante de gente que sabía que se trataba de Alcohólicos Anónimos. Ahora estamos en un lugar en el que no nos ve nadie, estamos bien, al que llega gente que se entera por la publicidad que hemos hecho”.Y añadió que toda esta movida renace a partir de la hija de una mujer alcohólica, que buscaba esta ayuda, luego de algunos llamados a Buenos Aires “se contactaron conmigo, a mí me gustó su manera de trabajar, hacer radio, televisión, para traer gente, y ahora el grupo está trabajando con ocho miembros fijos”.“El alcohol es una enfermedad incurable, hay gente que puede tomar y otra que no. El mío es el caso de muchos, tomás una copa y no podés parar y tomas hasta que no tenes más plata, te caes o te pasa cualquier cosa; otros reaccionan con violencia, le pegan a la mujer, a la madre o al padre. Esas son las personas que no deben tomar, que se tienen que considerar alcohólicas, somos personas que no sabemos medir la cantidad de alcohol que consumimos”, explicó el coordinador.Y añadió, “el libro grande que tenemos, ’Alcohólicos Anónimos’, escrito por los fundadores compara: ’Si veo a una persona con una enfermedad terminal que pasa por la vereda de mi casa voy a pensar qué poco que le queda de vida, cuando pasa un alcohólico, mi respuesta hacia esa persona es este pasa siempre molestando’, porque el común de la gente no entiende que esa persona también está enferma y va por el mismo camino que la otra, va a la muerte segura. El alcoholismo es una enfermedad lenta, progresiva y mortal, lenta porque empezamos como jugando, progresiva porque se va aumentando cada vez más el consumo y termina siendo mortal si no se trata”.“En AA aprendemos a vivir en ciclos de 24 horas, durante ese tiempo debo mantenerme sobrio, pasadas esas horas debo volver a comenzar. Conozco el caso de un hombre que asistió a las reuniones durante treinta años, fueron tres décadas de sobriedad, hasta que se jubiló y pensó, ’ahora voy a poder tomar una o dos copas de vino por día, total ya estoy jubilado, en casa, no tengo problema’, comenzó con dos copas y, como es progresivo, fueron cada vez más y más, lo tuvieron que internar dos veces y a los dos años murió. Él creía que podía llegar a dominar la copa, por eso el grupo es tan importante”, aseguró.Y relató otro ejemplo para dejar en claro la necesidad de contar con esta ayuda, “en una oportunidad un gerente de banco llegó a Puerto Esperanza para una charla, allí contó que hacía muchísimos años que estaba en sobriedad, sin embargo no se animaba a faltar a una reunión de alcohólicos anónimos, hasta cuando se iba de vacaciones buscaba un grupo al que sumarse porque es una enfermedad muy grave”.Este hombre entiende que “buscar esa primera ayuda es el paso difícil, porque es admitir que somos impotentes ante el alcohol”. Y una vez más recurrió a relatar su experiencia para evidenciar lo que padece un alcohólico. “Ya no tenía trabajo, había perdido mi familia, había perdido todo, todo, terminé durmiendo en un hogar en Buenos Aires, de esos que son gratuitos, allí le comenté a una persona que se me acercó a hablar, que para mí es Dios, le dije ’tengo que dejar de tomar porque no voy a conseguir trabajo en ningún lado’ y me pidió que lo acompañe, al otro día, a un lugar, a Alcohólicos Anónimos, total no tenía nada que perder. Fui y la barita mágica me tocó a mí, ese día dejé de tomar, salí de ahí y lloré, lloré, porque entendí todo. Las 17 personas que hablaron, de las cuarenta que estaban presentes, habían pasado por lo mismo que yo, y ya no estaba solo, estaba en AA”.“Ese es un caso, mi caso, el que toca fondo, el que ya perdió todo en su vida. Hay quienes llegan también porque están por perder la familia y antes encuentran la solución en el grupo, muchos vienen y se quedan y otros se van. Ese día, el primero que me habló me dijo ’mirá, esto es sencillo, este es un grupo al que concurre mucha gente, si entendés el programa como corresponde, escuchas a tus compañeros que pudieron dejar, si ves que vas a poder dejar, vení, sino dejá esa silla para otro. A Alcohólicos Anónimos se llega cuando se está por perder todo o se perdió todo, no porque se toma unas copas y se pone borrachón. Y es entonces cuando se comienza a remar de nuevo, no me puedo quejar de cómo vivo, tuve problemas, pero no me llevaron a decir voy a seguir tomando”, mencionó el coordinador eldoradense.Preámbulo de AAAA es una comunidad de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, fortaleza, esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo.El único requisito para ser miembros de AA es el deseo de dejar la bebida. Para ser miembro de AA no se pagan honorarios, ni cuotas, nos mantenemos con nuestras propias contribuciones.AA no está afiliada a ninguna secta religiosa, partido político, organización o institución alguna No desea intervenir en controversia, no respalda ni se opone a ninguna causa, nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad.





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