La ira por ejemplo, es particularmente mala, porque se extiende con suma facilidad.Pensalo así: si vos te descargás con alguien, digamos un compañero de trabajo, ese alguien a su vez probablemente necesite volcar esa energía negativa en un tercero, que puede ser su pareja; a su vez esa persona puede trasladar es furia a su hijo, que puede luego llevarlo a la escuela, donde se le pasa a la maestra. ¡Una cadena infinita que empeora, en definitiva, el ambiente en el que vivimos todos! Pésimo camino.Para intentar controlar la ira, y evitarnos así la vergüenza y el daño que provoca ser esclavo de una emoción baja.El primer paso es pensar en uno mismo, y mirar los propios errores o desaciertos con lupa, como si fueran enormes, para entender que nadie está exento de equivocarse.Incluso, pensar de qué modo podríamos nosotros haber causado esa situación que tanto nos afecta. El segundo paso es mirar los errores de los demás como si fuera insignificantes, por más grande que sean; comprender que todos estamos aprendiendo a vivir haciendo lo mejor, y tomar a cada persona como un maestro que nos ayuda a mejorar. Hay que recordar siempre que todo lo que sucede es perfecto por el solo hecho de que sucede. Todos somos perfectos, todos los mismos. Si nos enojamos con otros, nos enojamos con nosotros mismos.HaikuPrincipio y fininsuperables límitesdescontrolados.Por Aurora Bitó[email protected]




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