Hoy deseo escribir acerca de un tema que afecta a un grupo importante de alumnos en nuestra comunidad: la deficiencia auditiva.Cuando existe deficiencia auditiva existe impedimento para adquirir y comprender el lenguaje de los oyentes, por ello quienes la padecen tienden naturalmente a desarrollar un lenguaje propio, de naturaleza visual, el lenguaje de signos, que para ellos es de fácil y rápida adquisición, tanto como para los oyentes es el habla convencional. Cuando nos referirnos a la deficiencia auditiva hay que explicar que bajo éste y otros rótulos afines, hipoacusia, sordera, etc, agrupamos a personas entre los cuales existen tan grandes diferencias que los procesos de rehabilitación y educación, evolución y pronóstico, pueden seguir caminos muy diferentes: desde la intervención quirúrgica en una sordera conductiva a un implante coclear, o al desarrollo de algunos de los sistemas de comunicación (lenguaje de signos, lectura labial, aprovechamiento de restos auditivos, comunicación bimodal, etc). Es por este motivo, que debemos tener en cuenta algunos factores relevantes:• Lugar donde se localiza la lesión: Cuando se encuentra en el oído externo o medio, es una sordera conductiva, si se sitúa en el oído interno estamos ante una sordera perceptiva; cuando la lesión afecta a ambas partes hablamos de sordera mixta. En casos menos frecuentes, cuando son las vías auditivas las lesionadas, es una sordera central.• Evaluar el grado-nivel de la pérdida: puede ser ligera, media, severa o profunda.• Conocer el momento en que se produce: antes o después de la adquisición del habla, denominándose sorderas prelocutivas o poslocutivas.• ¿Existió una detección temprana? ¿Cuál es el nivel intelectual?, la implicación familiar, alteraciones asociadas: son aspectos que también influyen en la evolución y rehabilitación del sujeto y que contribuyen a incrementar las diferencias.Una tarea importante de los profesionales se relaciona a la identificación temprana de la deficiencia auditiva para introducir lo antes posible las medidas educativas adecuadas que permitan mitigar las consecuencias del daño auditivo o, en casos de sorderas leves, evitarlas en su mayor parte. El factor temporal tiene una importancia decisiva, ya que en ningún período de la vida serán factibles mayores progresos en el campo lingüístico e intelectual como en la niñez temprana.Otras intervenciones En el desarrollo y aprendizaje del niño sordo es importante que se intervenga desde la más tierna infancia, dado que el recién nacido sordo, cuando la madre sale de su campo visual, queda privado de su presencia; hay sensaciones táctiles, pero fuera del contacto directo sus posibilidades de comunicación y comprensión de los otros se reducen a la mirada. No hay previsibilidad por el ruido de unos pasos que se acercan. Los sucesos le llegan de forma abrupta, a menudo por el contacto con el cuerpo.Ante el cuadro de base, los padres no se plantean esta cuestión afectiva como prioritaria, pues les preocupa al año y medio, que el niño no hable. Al problema afectivo se añade la falta de comunicación que trae como consecuencia un problema de desarrollo intelectual.La persona con sordera no establece más relaciones que las que ve, las que tiene delante, las que puede tocar. Esto, desde los primeros años, está impidiendo la formación del desarrollo de la capacidad intelectual del sujeto, va desconociendo desde el principio la realidad, o la va adquiriendo a partir de formaciones visuales siempre incompletas y deficitarias, accede con mucha dificultad a lo abstracto, a conceptos intelectuales. De ahí, la importancia de poner a su disposición un sistema de comunicación alternativo, que le sirva para comunicarse e interaccionar con los demás, organizar y transmitir su pensamiento, influir en los demás y autorregularse.Cuando tratamos con sorderas de cierta magnitud, la rehabilitación del lenguaje oral mediante estimulación precoz de los restos auditivos, para entender lo que oyen o el entrenamiento en lectura labial, no son suficientes para estructurar su pensamiento.Cómo educar al niño con sorderaSe deben tener en cuenta las circunstancias específicas de cada caso, como el grado de pérdida, el lugar donde se localiza la lesión, el momento de la vida en que se produce, si hay o no detección precoz, las actitudes e inteligencia del sujeto, si los padres son o no sordos, cómo reaccionan y se implican en la rehabilitación, si hay o no otras alteraciones asociadas. Cada uno de estos detalles da lugar a necesidades educativas diferentes, la respuestas educativa más urgente es encontrar el sistema de comunicación que mejor se adapte a las peculiaridades de cada alumno que pueda ser compartido por profesores y compañeros.Sistemas de comunicación • Sistemas orales: aquí el objetivo de la enseñanza oralista es la adquisición de la lengua oral y escrita que se habla en el entorno del sordo. Se puede hacer hincapié en el aprovechamiento de los restos auditivos y en el entrenamiento de la lectura labial. Las posiciones más radicales rechazan el lenguaje de signos, por no considerarlo un verdadero lenguaje y por estimarlo una interferencia para la adquisición del lenguaje oral.Entre los métodos orales de uso más generalizado, tenemos los que potencian los restos auditivos, como el sistema verbotonal creado por el profesor P. Guberina. Éste es un método basado en el aprovechamiento y optimización de los restos auditivos, se trabaja con un aparato llamado suvag, dotado de moderna tecnología de filtrado del sonido, que actúa como seleccionador, amplificador y codificador de los sonidos ayudando al sordo a atender los escasos sonidos que le llegan.Incide en el ritmo corporal, musical. Utiliza el cuerpo para la emisión y recepción del sonido y la capacidad residual auditiva, para la percepción de los elementos prosódicos como su ritmo, tiempo, pausa.El otro es la lectura labial que consiste en reconocer las palabras y captar el lenguaje a partir de los movimientos y posiciones de los órganos articulatorios visibles del interlocutor.El esfuerzo constante de interpretación produce fatiga e impide el mantenimiento sostenido de la atención y, en el momento en el que el sujeto sordo deja de mirar, pierde el mensaje, por lo que hay que procurar enunciados breves y sencillos, o echar mano de algunos de los métodos complementarios de comunicación.• Sistemas complementarios: tienen doble finalidad, reducir los problemas comunicativos y apoyar el acceso al lenguaje oral.La comunicación bimodal utiliza el lenguaje de signos al tiempo que se habla, siguiendo el orden y estructura del lenguaje oral. La información se expresa simultáneamente por los dos canales. Se trata de facilitar al sordo la comunicación con su entorno oyente y acercarlo al aprendizaje del lenguaje oral.La palabra complementaria es un sistema complementario de la lectura labial que elimina las ambigüedades de la interpretación del movimiento de los labios.Consiste en ocho consideraciones manuales, que se realizan en tres localizaciones alrededor de la boca, de manera, que los fonemas similares puedan ser diferenciados por la posi
ción de la mano.• Revalorización del lenguaje de los signos: la mayoría de las personas sordas conoce y se comunica con el lenguaje de signos. Este lenguaje está considerado como su lengua materna, su medio de comunicación natural, particularmente en los hijos de padres sordos, su aprendizaje es fácil y rápido, y facilita la comunicación del niño sordo desde sus primeros años.Como un lenguaje más, es un sistema de símbolos, pero estos no se producen a partir de los sonidos, sino de los gestos de las manos, el cuerpo, la expresión facial y los ojos. Es un lenguaje producido por el cuerpo, y que se percibe por la vista• Comunicación total: se trata de utilizar todos los canales disponibles que fomenten en el niño una actitud positiva hacia la comunicación. Padres y profesores demandan formación en comunicación bimodal, palabra complementada, lenguaje de signos, etc, que posibiliten la interacción con los demás, y el acceso a los contenidos escolares, difícilmente asequibles con el lenguaje oral.¿Qué tipo de deficiencias existen? En general existen dos:a) La HIPOACUSIA: En ella la audición es deficiente pero resulta funcional para la vida ordinaria, es difícil pero no imposible la adquisición del lenguaje oral por vía auditiva. Es habitual que vaya acompañada de deficiencias de articulación, vocabulario, etc.b) La SORDERA: la audición no es funcional para la vida cotidiana y no posibilita la adquisición del lenguaje oral por vía auditiva, aunque sí por vía visual.Consecuencias socioafectivasGeneralmente se evidencian alteraciones emocionales que provienen de situaciones de miedo, de angustia, de incomodidad, que el bebé oyente tiene aseguradas desde los primeros días.• Un bebe sordo no sabe que está acompañado cuando el adulto no está delante de su campo visual, hay una cierta inestabilidad emocional que más adelante podrá expresarse de forma más hostil.• La falta de sonido hace que el mensaje afectivo que le pueda llegar a través de las ondas sonoras sea algo completamente inalcanzable para el niño sordo.• Handicap afectivo que puede dar lugar a un sujeto inseguro, egocéntrico en sus manifestaciones afectivas.• No puede tomar parte fácilmente en una conversación grupal o frena el ritmo de ésta, ya que hay que ir alentándolo cuando otro toma la palabra, se impacienta o impacienta a los demás, todo lo cual puede dar lugar a ciertos rasgos de inadaptación o agresividad.¿Cómo evoluciona el lenguaje-aprendizaje en los niños sordos?• De los doce meses en adelante, tras la fase prelingüística, empieza la evolución del lenguaje, hasta aproximadamente los siete años, en que está básicamente establecido. Para el niño que oye, el lenguaje es una herencia, le llega ya estructurado y él lo descubre.• Al niño sordo sólo le llegan restos del lenguaje oral. Debe aprender al mismo tiempo lo que se dice, cómo se dice y porqué y cuándo decirlo.• En consecuencia, la comprensión y producción del léxico es lenta, reducida e inestable. • Los tiempos verbales, los artículos, las preposiciones, junto con las estructura sintáctica, constituyen el mayor impedimento para desarrollar el lenguaje oral.• Estas carencias repercuten en la dificultad para crear un lenguaje interior, base de los procesos lectoescritores, que por su estrecha relación con el lenguaje oral, y, en particular, con la conciencia fonológica se van a ver afectados.





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