Quizás alguna vez nos ha ocurrido que reaccionamos ante una situación y luego nuestra voz interior nos dice que teníamos que haber dicho otra cosa o haber reaccionado de otra manera. Realmente nuestra forma de responder y pensar está condicionada por un mapa neurológico que codifica y almacena nuestro modo de responder ante una situación.Cada uno crea su propia realidad “armando” representaciones acerca de sí mismo y de lo que lo rodea. Cuando somos capaces de modificar esas representaciones internas, entonces es posible cambiar nuestra mirada, y comenzamos a cambiar nuestra realidad. Cada recuerdo negativo por ejemplo, tiene una representación interna, está codificado de una manera específica. Cuando accedemos a ese código, cuando observamos cómo lo vemos, sentimos y escuchamos a “ese recuerdo”, podemos -haciendo pequeñas modificaciones de la representación interna- cambiar nuestra forma de observar ese suceso, habilitándonos a actuar en el presente de una manera distinta.La Programación Neurolingüística (PNL) es el estudio sistémico de la comunicación y del modelado de la excelencia humana. Se trata de una disciplina que nos facilita llegar a resultados extraordinarios, y ayudar a otros a alcanzar lo mejor que ellos mismos pueden alcanzar. Su conocimiento, nos brinda una gran caja de herramientas, contamos con una variada cantidad de opciones que nos permiten construir aquello que queremos, y también poder modificar con mayor rapidez lo que ya no nos sirve. Cuando comprendemos la manera en que funciona nuestra mente, cómo organizamos nuestros pensamientos, sentimientos, lenguaje y cómo nos comportamos, entonces comenzamos a ser más eficientes en nuestra manera de ver, entender, y actuar en el mundo. Por ejemplo si buscamos alcanzar un objetivo, para que funcione nuestra programación, debemos antes que nada definir al objetivo en positivo. Nuestro objetivo no puede comenzar con “no quiero que…”.Algunas claves para el diseño de objetivos¿Depende de ti?El objetivo debe depender de nosotros no de los demás. No podemos desear como objetivo que haga buen tiempo el fin de semana, porque no depende de nosotros. No podemos desear que el otro cambie su actitud, que nos diga que sí… Podemos en cambio modificar nosotros nuestras acciones para que el entorno y los otros también se modifiquen.¿Tu objetivo es específico?Debes dejar claro lo que quieres y lo que no. Cuanto más definido y detallado sea tu objetivo más sencillo será establecer los pasos para alcanzarlo. Por ejemplo, si definimos como objetivo “quiero encontrar trabajo” es un objetivo muy genérico. Pero, si redefinimos el objetivo dando detalles tendremos mucho más claras las metas a alcanzar para lograr nuestro objetivo. La mente necesita claridad, y decisión.¿Cómo sabrás que lo estás alcanzando?Piensa en qué estarás haciendo en ese momento y en cómo te sentirás. Visualiza cada acción, cada sentimiento que te provoque ese instante, cómo huele, qué sabor sientes, qué escuchas, cómo te mueves, qué haces. ¿Qué recursos necesitas para hacerlo realidad?Piensa en los recursos que ya tienes y en los que necesitas de forma amplia: conocimientos, objetos, recursos económicos, ayuda de terceras personas.Una vez fijado nuestro objetivo, debemos revisar nuestras creencias y valores. Las creencias son otra fuerza poderosa de nuestra conducta. Si alguien cree que puede hacer algo, lo hará, y si cree que es imposible lograrlo, ningún esfuerzo por grande que sea lo convencerá de que lo puede realizar. Creencias como “ya es demasiado tarde”, “de todos modos no puedo hacer nada”, “me ha tocado a mí”, “no me lo merezco”, “no soy capaz” y todas las creencias acerca de nosotros mismos, tienen un gran efecto sobre la eficacia cotidiana. Todos mantenemos creencias que nos sirven como recursos y otras que nos limitan. Nuestras creencias pueden moldear, influir, e incluso determinar nuestro grado de inteligencia, nuestra salud, nuestra creatividad, la manera en que nos relacionamos e incluso nuestro grado de felicidad y de éxito profesional. Entonces, si son una fuerza tan poderosa en nuestras vidas, ¿sería posible controlarlas, para no nos controlen ellas a nosotros? Colabora: Soledad JouliáLic. Comunicación. PNL.




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