“Dos meses sin trabajar, sin hacer paseos náuticos en el cañón de los saltos del Moconá, ¿dónde están los que se llevan el 20% de nuestro dinero que logramos con sudor, que cuando hay, están como hormigas en el azúcar… y cuando el río está crecido y no entra plata, no existen?”. La fuerte queja en una red social por parte de la Cooperativa de Lancheros que explota los paseos, dejó en evidencia la crisis que atraviesan por falta de apoyo, ya que a las crecientes que mantienen los saltos bajo agua la mitad del año, se suma la falta de regularización administrativa por parte del Ministerio de Ecología de Misiones, que jamás llamó a licitación del servicio y tiene a la cooperativa en ascuas permanentes para renovar permisos provisorios. La Cooperativa de Trabajo de Turismo Moconá Limitada se conformó a principios de 2013 y en principio nucleó a siete socios, que cumplieron con el consejo del gobernador Maurice Closs. “El gobernador nos dijo: formen una cooperativa, pidan subsidios y el día que haya concesión o licitación serán más fuertes. Nunca conseguimos nada, ni apoyo moral. Claro, no somos una cooperativa fantasma, somos trabajadores” expresaron a través de la misma red social en un mensaje que se viralizó por su contundencia y por develar una situación por pocos conocida. Ecología anunció el llamado a licitación en febrero de 2013 pero hasta la fecha no hizo más nada al respecto. Hoy son cinco los lancheros que están “en las buenas y en las malas”, ya que sostienen el servicio que tanto buscan los turistas aún a costas de soportar las pérdidas durante el tiempo de inactividad, que cada vez se extiende por períodos más largos. La situación que atraviesan es crítica porque aún sin ingresos por el cierre del parque a raíz de las inundaciones, deben seguir abonando los salarios, impuestos, seguros y el mantenimiento de las lanchas en buen estado.Pasarelas millonarias que no estánA fines de 2010, el director de Arquitectura José Omar Rodríguez anunció la inversión de 9.800.000 pesos para la construcción de pasarelas en los Saltos del Moconá. Subrayó entonces que estaban diseñadas “con una particular ingeniería” para sortear los vaivenes del Uruguay. La empresa constructora JCR SA, la misma que realizó el asfaltado de la ruta que llega al parque provincial, quedó a cargo de la obra. El 26 de julio de 2013 el gobernador, a través de Twitter, anunció que las pasarelas estaban terminadas: “Es un sueño hecho realidad”, dijo. Menos de un mes después, el 20 de agosto, fueron arrasadas por la inundación, y desde entonces intentaron reconstruirlas y reparadas varias veces, hasta que finalmente el Gobierno cesó en el intento “y desde el año pasado, todo quedó abandonado”, señalan los lugareños. Nunca se conocieron ni el costo total de las obras ni las previsiones para su finalización -si es que existen-, ya que a los casi diez millones de monto inicial se sumaron los montos adicionales, las actualizaciones de precios y demás. “Lo peor es que no sólo no reconstruyeron las pasarelas. Ni siquiera volvieron a levantar los baños que se llevó la crecida en el circuito inferior” confiaron fuentes del sector turístico. Recaudación, a EcologíaDesde el Ministerio de Turismo se cansaron de insistir en el traspaso del cobro de entradas que hasta hoy se mantiene en manos de Ecología, pese a la resistencia de los guardaparques que no tienen porqué hacerse cargo del dinero y su resguardo. “La recaudación, aunque poca, se la lleva Ecología”, se suele escuchar en la cartera turística. Y la queja no es para menos, ya que lo que resulta del ingreso a otros parques y lugares turísticos termina financiando al Moconá. Nadie dice nadaLos pocos días de actividad turística que se pueden disfrutar y explotar por las constantes crecidas tendrían, además, una explicación que nada tiene que ver con las lluvias en las altas cuencas del Uruguay, según las declaraciones públicas que en su momento brindó el subsecretario del Corredor Verde del Ministerio de Ecología, Virgilio Fontana: “Los Saltos del Moconá se tapan a causa de la represa brasileña de Chapecó, que los viernes retiene el agua y el lunes genera de nuevo produciendo la crecida del río”. Hasta el momento no se conocen tratativas diplomáticas del Gobierno misionero para exigir al vecino país que cese con ese supuesto manejo arbitrario y perjudicial, que afecta a todos los operadores de El Soberbio por igual.





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