El resultado del pasado 25 de octubre planteó un interrogante en la bancada kircherista: ¿Se podrá mantener la unidad ejerciendo el rol opositor y sin un líder fuerte que comande?Por estas horas, la respuesta en la que coinciden distintos integrantes del bloque es que será extremadamente difícil.El escenario más optimista que prevén en el FpV es mantenerse como la bancada con mayor cantidad de miembros, que pueda aspirar a pelear cargos importantes en la Cámara baja y las comisiones permanentes.Sin embargo, esa unión hoy parece una utopía, ya que la falta de un líder fuerte en el poder desataría una lucha interna por el control del bloque, en el que deberán convivir varias figuras del PJ y del kirchnerismo duro, sin contar con potenciales fugas a otros espacios.Cuando se modifique la conformación parlamentaria el próximo 10 de diciembre quedará, por un lado, el sector conformado por los referentes de La Cámpora, que incluirá al propio Máximo Kirchner, Axel Kicillof, Andrés Larroque y Eduardo De Pedro, y por el otro estarán exgobernadores y las autoridades actuales, que no se mantendrían al frente después del recambio.Entre los exmandatarios que desembarcarán en el Congreso están el misionero Maurice Closs y el sanjuanino José Luis Gioja, quienes este año jugaron fuerte para Scioli.Las diferencias entre el kirchnerismo duro y el sector de Gioja ya se sintieron en el bloque incluso antes de la asunción del actual gobernador en el Parlamento.Durante la última sesión de Diputados, cuando el FpV impulsó la jura de Julián Álvarez y Juan Ignacio Forlón en la Auditoría General de la Nación (AGN), Gioja les ordenó a sus diputados que abandonaran el debate, disconforme con el nombramiento de dos dirigentes de La Cámpora en el organismo de control.Lo que evitó que el kirchnerismo se quedara sin quórum ese día y pudiera avanzar con las designaciones fue que el presidente de la Cámara baja, Julián Domínguez, evocando a Cristina Kirchner, detuvo en persona a los diputados sanjuaninos que pretendían marcharse de la sesión. Según supo NA, la bancada intenta mantener la actividad en las comisiones y pretender normalidad hasta el recambio legislativo, ya que a fin de año es usual que la Cámara se reúna para aprobar los proyectos sin disidencias ni observaciones que van quedando rezagados a lo largo del período.Hay diputados a quienes se les vence el mandato y solo tendrán hasta el próximo 9 de diciembre -fecha hasta la que se prorrogaron las sesiones ordinarias- para hacer aprobar sus iniciativas.En general, existe un pacto tácito en la Cámara baja, por el cual esos proyectos sin disidencias para los que muchos legisladores se comprometen en sus provincias, siempre se votan antes de fin de año.De todas formas, en el oficialismo temen no poder volver a reunir el quórum si el Frente para la Victoria pierde las elecciones, ya que la dispersión comenzaría casi instantáneamente. "La prórroga de sesiones ordinarias es por el Senado, porque si pierde Scioli será casi imposible reunir a los diputados para sesionar después del balotaje", admitió una fuente consultada.Fuente: Noticias Argentinas





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