Según un informe que publicó Hoy?Norte, la Picada Olmos, que sirve de límite entre el Chaco y Santiago del Estero, es considerada una zona “libre para el tráfico de madera” pero también -según la apreciación de intendentes y productores de la zona- es “zona libre para el narcotráfico”.Para combatir la fuga de madera y de especies de la fauna, la Subsecretaría de Recursos Naturales del Chaco instrumentó un sistema de control considerado como innovador, habilitando a todos los inspectores de Fauna y de Bosques para que realicen controles integrales ya sea de fiscalización de la caza furtiva o el tráfico ilegal de madera, indicó el titular de esa cartera Luciano Olivares, “lo que sumado al volumen de permisos autorizados hace que el sistema de equilibre” consideró.Ahora, la Dirección de Bosques implementa un sistema de control en lugares estratégicos de la provincia donde existe una alerta especial, ya sea por los limites interjurisdiccionales, como así también, en zonas aledañas a parques naturales y propiedades aborígenes donde el recurso forestal se encuentra más comprometido.“Esto es zona roja. Hay organizaciones delictivas detrás de cada caso de secuestro de madera, de animales”, dijeron las autoridades consultadas y se hizo especial hincapié en la reserva provincial Loro Hablador, de donde se llevan la mayor cantidad de madera e incluso postes labrados de quebracho colorado hacia la ciudad santiagueña de Monte Quemado, a través de esta picada y bajando al sur por el paraje El Indio hasta la ruta nacional 16, ya en territorio santiagueño.La provincia del Chaco cuenta aún con grandes superficies de recursos forestales, pero también con grandes límites territoriales con provincias vecinas. “Si no actuamos en forma conjunta, nos llevan la madera como hormigas viajeras”, expresó un inspector de control.





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