Melissa Imamura tiene 22 años y es la tercera generación de japoneses en tierra colorada. Sus abuelos llegaron desde Prefectura de Nagano y Nagasaki.Melissa nació en Jardín América pero desde hace cuatro años reside en Posadas donde trabaja y estudia el Profesorado en Inglés.A los 14 años comenzó Taiko, uno de los instrumentos musicales que por siglos logró preservar en alto el espíritu de los japoneses. En sus comienzos, aprendió el arte milenario junto al grupo de jóvenes de la Asociación Japonesa de Jardín América. “El Taiko significa poder hacer y proyectar algo que me gusta. Significa una gran combinación entre esfuerzo físico y creatividad. Significa poder difundir un aspecto de la cultura contemporánea japonesa, como es el kumidaiko. También significa transmitir emociones al público, al mismo tiempo”.Desde hace más de un año, Melissa está al frente del grupo de Taiko Seiryuu Daiko conformado por siete jóvenes de la Asociación Japonesa de Posadas. El nombre Seiryuu Daiko significa la fuerza del agua, en representación de las Cataratas del Iguazú. Incluso, los trajes son de color bordó y representan a la tierra colorada ya que en Argentina hay pocos grupos de Taiko, más que nada en Buenos Aires y cada tanto se hacen presentaciones. El Taiko, que es percusión, tiene distintos estilos. “Nosotros hacemos Kumidaiko que es la ubicación de Taikos en un ensamble de tambores, son diferentes tipos de Taikos que tienen distintos sonidos”.Y como los Taikos no son accesibles, los primeros fueron hechos con neumáticos y cinta de embalar . Pero “con la ayuda de los padres, la comisión del club y donaciones, pudimos ir equipándonos de instrumentos. Somos un grupo muy unido, practicamos todos los sábados a la siesta. También damos clases a niños de la asociación y a personas adultas”.El principal objetivo para Melissa es que cualquier persona pueda hacer Taiko. “Estamos comenzando a participar en eventos y lo bueno es poder participar no sólo en los relacionados con la cultura asiática”. Hoy, la meta para Melissa es recibirse. “Trabajar y viajar. Pero sobre todo, hacer que esta disciplina se siga expandiendo y esté presente en la comunidad”.El milenario arte del JapónEn la antigüedad, el tambor hecho de madera, revestido con piel vacuna cosida alrededor de una caja, fue utilizado para dar fuerza a los guerreros cuando marchaban al combate. De este modo, evocaban la energía para dar fortaleza y valor a las tropas. En la isla de Okinawa el instrumento representó el agradecimiento de los agricultores y los pescadores por tiempos afables. Por Susana Breska [email protected]





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