Es tan amplio el mundo de la comida en general que no dejan de sorprendernos quienes conocen del tema. Ana Krause es una de esas personas de espíritu inquieto que siempre está buscando algo nuevo, “cada momento que tengo libre estoy investigando porque todo creció tanto siempre estás un paso atrás, es como cuando tenés un celular nuevo y ya hay otro que es más nuevo. Siempre trato de innovar en la cocina y las impresiones comestibles son una gran ayuda. Cuando las vi dije: ‘yo quiero’”. Cuando llegamos a su casa ya estaba todo preparado para recibirnos con mucho cariño, tanto así que ya había preparado el logo de PRIMERA EDICIÓN para “¡comérselo!”. Mientras tanto aprendimos que las impresiones se realizan en una impresora como la que tenemos en casa, pero está preparada para que todo lo que salga de ahí sea apto para comer. Las tintas de colores y el papel son comestibles. El papel es como una hostia más fina aún que la utilizada en la iglesia y sobre ella se pueden realizar todo tipo de impresiones, ya sean logos, fotos, dibujos y hasta se pueden lograr papeles completamente decorados como para forrar tortas enteras. Ana trabaja en su casa y realiza trabajos realmente magníficos que luego se lucen en las fiestas, incluso tiene pedidos de impresiones particulares, que acepta siempre que su agenda se lo permita. Es que ella se define como una “meticulosa excesiva” pues “no podría vivir tranquila si alguien no se queda conforme y feliz con mi trabajo. Quiero que todo sea perfecto”, afirma mientras con mucho cuidado recorta los círculos del logo de nuestro diario. También tiene en cuenta detalles como la limpieza y el orden, que complementan la creatividad y la pasión que lleva en la sangre. “Aprendí a cocinar con mi mamá, ella es muy buena en eso; pero después fui de la primera promoción del IGA cuando recién llegó a Posadas”. Y sigue creciendo, buscando sorprender a sus clientes, siempre con la simpatía que la caracteriza. Por Rosanna [email protected]





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