Señora Directora: Despertar y comenzar el día tomando unos mates y escuchando o leyendo noticias, ya es un total despropósito por parte de los que se creen dueños de la verdad y atacan arteramente a quienes responsablemente ejercen la función del periodismo sano e imparcial. Es tal vez porque están pendientes del dinero público que los hace cambiar, a tal punto que hasta inventan historias, además de agredir con insultos e improperios a quienes opinan –a su manera y con respeto- en programas radiales, televisivos o redactando en algún periódico. “Sembrar el miedo”, “decir que todo se viene abajo si gana el candidato opositro”, “difamar a periodistas con trayectoria y que no viven cobrando suculentas sumas de dinero proveniente del poder “, “realizar alocuciones demagógicas con el fin de mantenerse en la función pública”, “contratar a pseudo periodistas extranjeros que por mucho dinero expresan barbaridades” (aunque también hay nativos y residen en nuestra provincia).¿En qué democracia se vio que meter miedo, mentir e inventar estupideces es algo común y normal? ¿De dónde salieron estos individuos que de la noche a la mañana lograron un bienestar que nunca soñaron? Los tres periodistas nacionales cuyo apellido comienza con "L" consiguieron un lugar en lo más alto del “cuarto poder” y en nuestra ciudad también tenemos un comunicador social (porque él reconoce que no es periodista con título) cuyo apellido comienza con la primera letra del abecedario. Y escribo de esta manera para que quien no entienda, se preocupe en informarse y tome un tiempo cada día para leer o escuchar distintos medios lo que sucede en nuestro país. Ya comenzaron algunas amenazas por parte de algunos fanáticos oficialistas, de que si gana el opositor tendrán que ofrecer resistencia, ¿cómo es la cosa? ¿Se contagiaron del dictador venezolano acaso? Que también días pasados dijo que si pierde no entregará el poder. ¡Viva la democracia! Con estos personajes que nunca laburaron ni traspiraron, en su cuerpo no hay vestigios de que hayan traspirado “trabajando”, pero con su lengua habrán escalado posiciones sin ninguna duda. No llores Argentina, por todos nosotros los argentinos que te queremos de corazón y no entendemos qué pretenden quienes hoy están manejándote.





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