El sol que nos acompaña, que nos hace disfrutar de los colores que nos brinda la naturaleza tiene también efectos perjudiciales como el incremento de la carcinogénesis (cáncer), trastornos pigmentarios y fotoenvejecimiento que se traduce en piel arrugada, apergaminada y manchada. Todo esto ocurre porque hay personas que son más sensibles a los rayos solares que producen efectos dañinos. Pero así también el sol tiene innumerables efectos benéficos como la destrucción de agentes patógenos eliminando bacterias y hongos, acción regenerativa que permite la regeneración del tejido cutáneo, sintetiza la vitamina D, pues es en la piel donde se genera esta vitamina por acción de los rayos solares, una acción biológica general, sin olvidar la acción antisoriásica y psicosocial.La acción ultravioleta es muy penetrante, atraviesa las nubes y el agua clara, incluso atraviesa la ropa ligera y húmeda. Actúa también como reflexión especialmente si se está tanto en la nieve como en la arena clara, aunque estés en la sombra.Entonces amiga, una correcta elección es el uso del protector solar, muy recomendado tanto por nosotras las cosmiatras como por los dermatólogos, quienes indicamos qué tipo de protección usar y cómo debes tratar la piel antes y después de tomar sol.Debemos realizar un buen diagnóstico del tipo de piel, preguntar al paciente o cliente si está tomando algún medicamento o si se está realizando algún tratamiento dermatológico. En estos casos se debe consultar al dermatólogo, quien estará dispuesto a quitarnos algunas dudas.También debemos explicar a los pacientes la diferencia entre protectores, pantallas solares y bronceadores, con o sin protección; tonalizadores, etc. Y si sos coqueta y tenés problemas con las manchas, existen pantallas con color de efecto mate, que son muy parecidas a las bases. Un buen gloss y rimmel, y ya estás lista para salir, con una protección en tu rostro.Colabora: Elena Cacerez EchevarríaEn [email protected] – 4913944





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