Me resulta importante compartir con ustedes algunas cuestiones relacionadas al estrés en los niños; sobre todo por las experiencias vivenciadas en esta época del año, donde es frecuente encontrarnos con pequeños “cansados”, de “mal humor”, “agotados” o “sobrecargados de actividades”.Naturalmente la infancia es un período que se caracteriza por cambios continuos e importantes ; y los niños deben hacer frente a los retos que suponen la superación de las transiciones de una etapa a otra. Son, precisamente, estos retos los que pueden convertirse en acontecimientos estresantes y poner en peligro el proceso normal evolutivo de un niño, desde el nacimiento hasta los trece años aproximadamente. Paralelamente a estos sucesos normales por los que pasan, existen otros sucesos vitales que acontecen en la vida de muchos niños (aunque no para todos), y otros que son realmente excepcionales (muertes, accidentes, etc).Padres, profesionales de la salud y profesores, así como las personas que están presentes en las relaciones de nuestros hijos, deben acercarse a la compresión del estrés para tener un mejor panorama de la salud mental del niño en la familia, en sus relaciones sociales y el funcionamiento escolar.Al hablar de estrés en los pequeños, debemos conocer algunos aspectos muy importantes que nos orientarán tanto en la observación de estos como en las formas de tratar de ayudarlos.Cada niño es diferente por lo tanto reacciona de distinta manera ante el estrés; así también los síntomas que el niño presente como respuesta ante éste, varían de acuerdo al entorno familiar y escolar.Generalmente los niños pueden mostrar ciertos patrones de conducta, frente a los estresores. Estas reacciones son intentos adaptativos para ajustarse a las demandas del ambiente estresante (Chandler y Maurer, 1996).Factores emocionales y de conducta:• Sensibilidad.• Están temerosos.• Tienen poca confianza en sí mismos.• Están preocupados innecesariamente.• Tristeza.• Ansiedad.• Indiferencia.• Tienden a postergar sus deberes.• Despistados.• Presentan bajo rendimiento escolar.• Son exigentes y desafiantes.• Su temperamento se exalta, molestan a otros niños.Situaciones que generan estrés: • Pérdida de algún padre (por fallecimiento o divorcio).• Orinarse en clase.• Perderse; ser dejado solo.• Ser molestado por niños mayores.• Ser el último en lograr algo.• Ser ridiculizado en clase.• Peleas entre los padres.• Mudarse a un nuevo colegio o salón.• Ir al dentista o al hospital.• Exámenes.• Llevar a la casa un informe negativo del colegio.• Romper o perder cosas.• Ser diferente (en algún aspecto).• Un nuevo bebé en la familia.• Hacer algo ante un público.• Llegar tarde al colegio.Síntomas físicos:• Lloran sin causa alguna.• Sudor en las palmas de las manos.• Dolores de cabeza y de estómago.• Se tuercen o arrancan los cabellos, se muerden las uñas.• Pueden llegar a orinarse.• Perturbación del sueño, tienen pesadillas.¿Cómo podemos ayudar a niños y niñas con estrés?Los padres y educadores tenemos una gran ventaja ante situaciones como ésta, pues somos quienes conocemos mejor a nuestros hijos/alumnos e incluso podemos saber en algunas ocasiones cómo va a reaccionar ante un factor estresor, por lo tanto debemos informarnos para saber orientarlos sobre la manera más saludable de enfrentar la situación. Algunas sugerencias son:• Hacerle sentir al niño y demostrarle que está seguro en casa o en el salón .• Ser tolerantes y enseñarles a que lo sean.• Entre las causas que pueden estresar al niño, muchas se relacionan con la escuela por lo que es muy importante elegir el colegio más adecuado para su personalidad.• Provocar que el niño sea más abierto y comunicativo, así podrá expresar más fácilmente y con mayor libertad sus sentimientos, preocupaciones y miedos.• Es muy importante enseñar a los niños a ser asertivos, saber decir “No”, ante determinadas situaciones y por supuesto a que confíen en los demás (maestros, familiares) para pedir ayuda.• Procurar estar siempre cerca de nuestros hijos y dialogar con ellos.• Escucharlos sin criticar.• Debemos ayudar a nuestros hijos a que su autoestima crezca a través de la demostración de amor incondicional e involucrarlo en tareas que lo hagan sentir feliz.• Debemos conocer y poner mucho cuidado ante los signos de estrés no resuelto en el niño.• Estar pendientes de que realicen sus labores pero también de que tengan momentos de descanso y vigilar su alimentación.• Si los signos de estrés no disminuyen o desaparecen en un período prolongado de tiempo, entonces no debemos esperar , busquemos asesoramiento profesional.Cómo puede controlarlo• Hablar con sus padres de sus problemas y si no es posible, con alguien en quien pueda confiar.• Relajándose: Puede conseguirlo al escuchar música suave, dándose un baño con agua caliente, cerrando los ojos y respirando profunda y lentamente o incluso practicando yoga para niños.• Tomarse un tiempo para estar solo o dedicar unos minutos para disfrutar de su actividad favorita: leer, pintar, tocar algún instrumento, bailar, etc.• Haciendo deporte.• Fijándose metas realistas y llevando cabo sus actividades lo mejor que pueda, recordando siempre que nadie es perfecto y que no es posible hacerlo todo bien.• Aprendiendo a quererse y a respetarse.Es importante que cada uno enseñe a los pequeños a reconocer los síntomas de estrés y los cambios que sienten en ellos mismos, por ejemplo: los latidos del corazón, sudoración de las palmas, respiración rápida, dolores de cabeza, resfriados, músculos tensos, sentimientos nerviosos y de pánico; para “poner en palabras eso que les molesta, y luego buscar alternativas de mejorar la calidad de vida”.Síntomas físicos en el niño ante estrés excesivo:• Dolor de cabeza.• Molestia estomacal.• Problemas para dormir.• Pesadillas.• Mojar la cama, por primera vez o de manera recurrente.• Disminución del apetito.• Cambios en los hábitos alimentarios.Síntomas emocionales en el niño con estrés excesivo:• Ansiedad.• Se siente preocupado.• Irritabilidad.• Miedos que pueden ser nuevos o recurrentes.• No quiere estar solo, se aferra a sus padres.• Comportamiento agresivo.• Se muestra necio.Colaboración de Myrian Mabel BáezLic. en Psicopedagogí[email protected]





Discussion about this post