Los juegos para niños en las plazas son un clásico que disfrutan todas las generaciones. Pero, ¿cómo funciona cada uno? Marta Rivero, coordinadora del Profesorado en Física de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones y Pablo Wagner, estudiante de tercer año de la misma, explicaron los principios mecánicos que actúan en cada juego.La hamacaEs el péndulo que en este caso oscila a partir del empuje que el niño realiza al hamacarse. “Consiste en ir cambiando el centro de gravedad del cuerpo para darle continuidad al movimiento”, explicó Rivero. Así, para ir hacia adelante uno se inclina hacia atrás estirando las piernas, y luego cuando llega adelante, inclina el torso hacia adelante, plegando las piernas hacia atrás.Cuando los niños son más pequeños necesitan que uno los empuje porque solos no logran que el movimiento continúe.“Hamacarse es algo que se aprende haciendo. Los padres enseñan pero sin tener noción del centro de gravedad, sino que contando la técnica como la fueron aprendiendo”, indicó Rivero.La calesitaEn este juego los estudiantes de Física -en la materia Introducción a la Física, de 1º año- aprenden sobre la fuerza centrípeta y la fuerza centrífuga, y también el movimiento circular. “Si un solo chico sube a la calesita, hay menos peso y el movimiento será más acelerado. Lo mismo ocurre si el chico se coloca cerca del centro, la calesita va más rápido que si se coloca en un costado”, explicó Wagner.“Con la práctica los niños van aprendiendo a cómo bajarse de la calesita, porque si se bajan en dirección contraria a la del movimiento, se caen por efecto de la inercia (el cuerpo tiende a mantenerse en el movimiento que estaba).El sube y bajaConsiste en una máquina simple integrado por un brazo y un punto de apoyo.“En un lado ponemos una resistencia, el chico que se sienta, y en el otro lado, otra fuerza que hará que se mueva hacia arriba y hacia abajo. Cuando un adulto le ayuda al niño, no es sienta porque no se equipara el peso con el chico y entonces no logra subir y bajar. Entonces nos ponemos al costado y los subimos y bajamos con la mano”, indicó Rivero.Existen otro tipo de subibaja que son de una tabla, lo cual permite sentarse en diferentes lugares, más o menos cerca del punto de apoyo. De este modo, casi instintivamente uno va intentando equiparar el peso con la otra persona y lograr el equilibrio, independientemente de cuánto pese cada persona.El tobogánEs un plano inclinado. El ángulo puede variar desde unos 15 grados, que son los toboganes para los más chiquitos, hasta 75 grados, que tiene mucha más pendiente y longitud, y los utilizan los niños más grandes.“Al usarlos, la velocidad del movimiento dependerá del ángulo del tobogán -si tiene mayor o menor pendiente- y también del rozamiento, que está dado por la ropa que lleve el chico. Si lleva un buzo de algodón será distinto a si lleva un jean, que es más rugoso y frena más. Lo mismo si usa pantalón corto porque la piel tiene mayor adherencia a la superficie. También los niños aprenden a que pueden frenarse con los zapatos, porque la goma también tiene adherencia”, indicó Rivero.El trepadorEstos dos travesaños paralelos unidos por travesaños más cortitos -simulan una vía de tren- funciona por medio de la fuerza muscular de los brazos. “Hay una acción que les atrae a los niños hacia la tierra: es la fuerza de gravedad y los niños saben que si se sueltan, caen. Los más grandes se cuelgan de los pies y experimentan cómo la gravedad actúa sobre el cuerpo, se va la sangre a la cabeza”, señaló Rivero.La fuerza de gravedad es una de las claves en el funcionamiento de estos juegos. Si estuvieran instalados en la superficie de la Luna, las hamacas estarían flotando y no oscilarían como péndulo. El tobogán tampoco funcionaría, porque en lugar de movernos hacia abajo saldríamos flotando. Sería más sencillo subirse al trepador, ya que con un solo salto podríamos llegar a alcanzarlo. Y al soltarlo, no caeríamos es decir que no habría riesgo de lastimarse. Sobre el profesorado de FísicaEsta formación dura cuatro años y brinda un título habilitante para enseñar en nivel medio, terciario y superior. Asimismo pueden participar de los proyectos de investigación y acceder a becas.Rivero destacó que para 2016 la carrera cuenta con un cursillo obligatorio no eliminatorio integrado por las materias Matemática, Física Básica y Estrategias de aprendizaje. Los egresados de escuelas técnicas de seis años de duración no tiene obligatoriedad de cursarlo pero igual pueden hacerlo para afianzar contenidos.Rivero destacó que la salida laboral de los docentes de Física en escuelas de toda la provincia es muy alta. La carrera se creó como tal en 1997 que fue cuando se separó del Profesorado en Matemáticas de la FCEQyN. Desde entonces ha tenido alrededor de 120 graduados. Actualmente se cursa en el Módulo del Campus universitario en Miguel Lanús. Allí pueden consultar de lunes a viernes por la tarde.





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