Valeria Rojas (32) es una madre de tiempo completo, su pasión por los chicos la llevó a estudiar Técnicatura Materno Infantil, trabaja como auxiliar en un guardería, y comparte el resto del tiempo con sus dos hijos. La mujer se las arregla para estudiar, trabajar y compartir el poco tiempo con su familia que está compuesto por su marido, Luciano Ferreyra quien la acompaña en los quehaceres diarios de la vida conyugal, de esa relación nacieron Octavio Román (9) y Morena Jazmín (6) que son el motor para seguir adelante. Su especialidad siempre fue el cuidado de los más pequeños, es por eso que comenzó a estudiar Técnicatura Materno Infantil en el Instituto Esteban Lugo de esa ciudad. Pero su trabajo recién comienza, porque luego ingresa por la tarde a la guardería San Antonio donde trabaja como auxiliar hace más de diez años, con la responsabilidad de atender a más de veinte chicos de dos a cuatro años de edad.“Es diferente, con los niños de la guardería tengo mucha más paciencia, sé que tengo que contenerlos, cuidarlos y si bien uno asume una función maternal, no es lo mismo. Con mis hijos las responsabilidades se potencian en otro sentido, creo que es diferente”, comentó Valeria.La feliz madre describió como es un día junto a sus hijos: “Me gusta sentarme a hacer la tarea con Román, quien por su edad, es el que tiene más obligaciones y hay que estar con él, es tranquilo. Mientras que Morena es el terremoto de la casa” sonríe.A esta rutina familiar se les suman las tareas diarias que demanda el hogar y salir del instituto para realizar el almuerzo. A pesar que muchas veces no cuenta con el tiempo suficiente para compartir con su familia, la madre valora cada instante en que está con ellos, sobre todo por las mañanas donde los alista para ir al colegio.Al referirse a sus hijos, Valeria puede sentir como el amor brota por sus poros y sin disimular esa emoción que queda plasmada cuando sus ojos de pronto brillan más de lo habitual. Por este motivo, la joven madre trata de organizar su día para pasar la mayor parte con sus seres queridos “los extraño siempre y cuando no estoy con ellos estoy pensando si están bien” afirma. La ausencia y la distancia despiertan en ella ciertos temores, “tengo terror de que les puedan hacer algo. Les hablo mucho, pero el miedo siempre está”, afirmó. Pero ella tiene que organizar las horas para cumplir con todas las responsabilidades “estudiar con los niños en casa es tarea imposible, cuando tengo exámenes vengo a la guardería unas horas antes y eso me permite tener la tranquilidad y el espacio que necesito”, manifestó.El arte en la sangreLa docente junto a sus hijos comparten la pasión por el teatro y forman parte de “La Murga del Monte”, el grupo de Teatro Comunitario. En este sentido comentó: “No quieren faltar a los ensayos y me gusta mucho verlos ahí, compartir cada vez que puedo, por ahí se me complica pero la directora de la murga Karina Spinozzi, me banca los tiempos y agradezco eso. Igual si no puedo estar el hecho de que mis hijos puedan formar parte de la murga es buenísimo” explicó Valeria.La joven madre, como otras tantas, lucha día a día para sostener a la familia y posee las virtudes de las mujeres en estos tiempos: practicidad, organización, creatividad, energía, paciencia, determinación y ese deseo de estar siempre para sus hijos.“Ser madre es algo inexplicable. Es un sentimiento de tiempo completo”, sintetizó Valeria.





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