Es pionero en la investigación con células madre en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford. Su trabajo nos muestra que los genes y el ADN, no controlan nuestra biología, como lo enuncia la escuela de Darwin de determinismo genético o herencia, sino que los genes y el ADN están controlados por señales externas, incluyendo los mensajes energéticos emanados por nuestros pensamientos. De manera que sus descubrimientos van en contra de la opinión científica establecida de que la vida es controlada por los genes.De las numerosas entrevistas que se le realizan elegí un tramo que me parece por demás esclarecedor, pues se refiere al potencial que tenemos los humanos para salir de dificultades referentes a la salud, si colaboramos activamente en nuestra recuperación.“(Periodista) Explíquenos cómo funciona ese poder que dice que tiene la mente para la autocuración.He hablado de que la mente controla: si piensa de una manera, se va en una dirección y si piensa de otra, se va en otra. Por ejemplo, cierro los ojos, los abro y veo a alguien a quien amo. Entonces mi cerebro segrega dopamina, oxitocina, etc. Lo puedo sentir en mi cuerpo, puedo sentir el amor, y esa química trae salud a las células. Por eso, quien se enamora se siente tan bien. Pero si abro los ojos y veo algo que me asusta, segrego hormonas del estrés. Y estas hacen dos cosas. La primera es que frenan el crecimiento del cuerpo. Porque si me está persiguiendo un león, necesito toda la energía para poder escaparme, y mi organismo apaga todo lo que no sea imprescindible para correr más rápido, así que se paraliza todo lo que tiene que ver con el crecimiento. La gente no lo sabe, pero tienes que crecer todos los días, porque, si no, te mueres. Cada día cientos de billones de células mueren y tienes que ir produciendo nuevas. Cada tres días, el sistema digestivo renueva sus células, pero si se interfiere con ese crecimiento, entonces no puedo estar sano porque estoy perdiendo demasiadas células al día, por eso la quimioterapia hace que se caiga el pelo y crea problemas de digestión, porque mata todas las células, no sólo las del cáncer. La segunda consecuencia de las hormonas del estrés es que se cierra todo aquello que usa energía, y el sistema inmunitario usa muchísima energía: cuando estás enfermo, te sientes muy cansado porque tu energía la está usando el sistema inmunitario.Si pones al ser humano en un entorno nocivo, igual que la célula, enferma. Si lo trasladas a un entorno sano, entonces sana”(Continuará)Fuente: http://www.elcorreodelsol.com/Colabora: Hilda GonzálezExperta en Cocina [email protected]




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