La Fundación Temaikèn, institución que trabaja para proteger la naturaleza, anunció la liberación de dos ejemplares de aguará guazú, una especie autóctona y en peligro de extinción en Argentina. Ansenuza y Chipión, las dos crías que llegaron a la Fundación un año atrás para ser rehabilitadas, pudieron volver -siendo hoy adultos- a su hábitat natural, gracias a un intenso trabajo interdisciplinario de veterinarios, biólogos, nutricionistas, cuidadores y educadores. El proceso de recuperación y reinserción en la naturaleza se realizó en conjunto con la Dirección Nacional de Ordenamiento Ambiental y Conservación de la Biodiversidad de la Subsecretaría de Planificación y Política Ambiental de la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación de Jefatura de Gabinete de Ministros; la Policía Ambiental y la Secretaría de Ambiente del Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios Públicos de la provincia de Córdoba. El miércoles 14 de octubre, representantes de los organismos oficiales y de Fundación Temaikèn partieron desde el Centro de Rehabilitación de Especies de Temaikèn (CRET) hacia la provincia de Córdoba. El traslado se realizó de noche para evitar descompensaciones y la exposición a altas temperaturas de los animales. En la madrugada de este jueves, con la colaboración de Fauna Nación, Policía Ambiental y la Secretaría de Ambiente de Córdoba, se trasladaron las cajas que transportaban a Ansenuza y Chipión a una reserva privada de uso múltiple en las cercanías de Mar de Ansenuza para efectuar su liberación. Con la presencia de los directivos y mucha emoción por parte de los integrantes que conformaron este proyecto y asumieron su enorme responsabilidad, los cuidadores de los aguará guazú procedieron a abrir las puertas. Primero la de Ansenuza, quien pese a su fama de brava, salió despacio, paso por paso tanteando el terreno de la libertad hasta esconderse entre los pastizales. Por su parte, Chipión saltó de la caja, y sin dudarlo siguió los pasos de la hembra. Ambos fueron liberados provistos de collares de trasmisor satelital mediante los cuales pueden ser monitoreados para conocer su estado en la naturaleza. Gracias a esta tecnología, una hora después se pudo medir que Ansenuza ya había tomado distancia de la zona de liberación y Chipión aún la merodeaba a unos 300 metros.“Encontrar un animal amenazado en mal estado es una noticia triste pero también la posibilidad de darle una segunda oportunidad para que vuelva a la naturaleza. Trabajamos durante más de un año en equipo, colaborando desde cada área e institución con un esfuerzo muy grande para llegar a este día. Agradecemos a los organismos oficiales por confiar en Fundación Temaikèn”, declaró conmovida Paula González Ciccia, responsable de Conservación de Especies Amenazadas.“Para nosotros es un día histórico cuando recuperamos un animal, y más cuando es una especie como el aguará guazú que se encuentra en extinción”, agregó Adrián Rinaudo, director de Policía Ambiental. Y añadió Gabriel Ferny, director de Fauna de la Nación: “Vivimos este proyecto con mucha responsabilidad y mucha emoción”.





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