Señora Directora: Lo que en décadas pasadas era algo normal, en estos últimos años se ha vuelto un sufrimiento y hasta un problema. Me refiero a la atención médica en los distintos centros de atención, donde el paciente se encuentra con situaciones poco serias con respecto a su estado de salud y como no le queda otra, debe esperar largas horas hasta ser atendido –siempre y cuando no aparezca la secretaria diciendo que el médico está en cirugía- y así terminar nervioso, con empeoramiento del problema que lo aqueja. Este comentario viene a colación de lo sucedido en Bariloche con la chica que disfrutaba de un viaje de egresados y que al mostrar un cuadro febril además dificultad de movimiento, la doctora que la atendió minimizó el caso lo que después terminó en el fallecimiento de la chica. Personalmente he asistido tres veces a sanatorios y en dos consultas realizadas, al entrar al consultorio, después de un breve diálogo sin importancia, se me exigió un análisis y al regresar con el resultado ambos profesionales me dicen lo mismo: usted está bien, solamente debe cuidar el índice del colesterol. Ahora bien, ni uno de los dos se preocupó en preguntarme si: tuve una intervención quirúrgica, si soy hipertenso, si tomo algún medicamento en forma permanente, si soy alérgico, si sufrí alguna fractura, etc. Tampoco habilitaron una ficha donde deberían constar dichas contestaciones y que hacen a mi historia clínica. Y la tercera consulta a un nuevo profesional, pedí un turno, me presenté unos minutos antes, esperé media hora más y veía que entraban nuevos pacientes al consultorio mientras yo esperaba sin saber qué pasaba. Al consultar a la secretaria –ya había pasado una hora respecto del turno solicitado- me dice: debe esperar que ya lo atenderá. Pasó otra media hora y decidí retirarme, dada la desorganización y la falta de respeto hacia mí persona. Esto demuestra que el paciente en la mayoría de los casos lleva la de perder, que su tiempo no vale y, quizás, esto sucede porque los profesionales en su mayoría, atienden en varios lugares y después ya no están para atender como corresponde dado su cansancio. Además, el médico debe saber todo lo referido a la salud de su paciente, para así evitar cualquier sorpresa desagradable y entender que cada paciente tiene sus dolores y sufrimientos de acuerdo a la enfermedad que padece. Aunque no se quiera creer, hay muchas personas que no se hacen atender para evitar las largas esperas. Hace unas décadas, un médico atendía prácticamente todas las sintomatologías, mientras que en los últimos tiempos hay médicos para cada especialidad, lo que debería mejorar la atención de los pacientes en todos los aspectos.





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