Quizás como pocas veces el pasado jueves quedó en evidencia el oportunismo con que muchas veces se asumen las decisiones políticas, sobre todo cuando sólo faltan dos semanas para cruciales comicios generales. Después de casi tres años de rechazo, desentendimiento y soslayo del oficialismo a considerar algún beneficio en el transporte urbano público para los estudiantes, el Concejo Deliberante de Posadas se decidió escuchar esos reclamos y amplió a los estudiantes terciarios el beneficio que gozan los universitarios.La negativa a considerar cualquier tema que pudiera afectar directa o indirectamente -o sólo aparecer como una sospecha- los intereses de la empresa hegemónica en esa prestación fue sistemática en este último periodo. Es así, por ejemplo, por largo tiempo se desconoció la gratuidad que la Carta Orgánica Municipal (COM) otorga a los adultos mayores y se recurrieron todas las argucias posibles para restringirla en lo posible hasta que se hizo imposible soslayarla. Al punto incluso que en cierta ocasión hasta la Defensoría del Pueblo de la ciudad en vez de salir en defensa del derecho de los usuarios coincidió con la posición empresaria.Pero también se soslayó toda consideración seria en cuanto a la ampliación horaria y a los terciarios de los beneficios del boleto estudiantil y, más aún, ese rechazo fue más cerrado cuando comenzó a hablarse de un boleto educativo gratuito. Hubo algunas reuniones, pero siempre se evitó una definición e incluso cuando la presión de los estudiantes fue mayor se buscaron desvíos útiles para demorar el tener que asumir una resolución que pudiera resultar inconveniente.Pero ahora esa política proteccionista del interés particular cambió cuando la Provincia, con mejor reflejo político, se planteó esa gratuidad largamente negada y la realidad cambió de la manera menos esperada. A la que hubo que adecuarse sumándose con algo que al menos no los dejara fuera de encuadre, aunque ello significara desconocer lo hecho hasta entonces.





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