Las estadísticas son frías como los hombres que acaban con la vida de una mujer: la fórmula es sistemática; se repite en cada hecho. El asesino actúa con una virulencia inusual, salvaje; que deja a la víctima sin chances de sobrevivir. En poco más de tres años y medio, 47 mujeres fueron asesinadas en forma brutal.El penúltimo episodio, que forma parte de estos guarismos, ocurrió en la chacra 150 de Posadas y tuvo como protagonista a Horacelia Génesis Marasca.La autopsia determinó que la adolescente, de 16 años, presentaba tres heridas de arma blanca, en la región torácica, una al lado de la otra. Una de ellas, aparentemente la tercera, fue tan profunda que se introdujo casi hasta la médula.Para la Justicia, el atacante golpeó a la víctima sin piedad (le habría hecho volar piezas dentarias) ; desfiguró su rostro y luego, seccionó el cuerpo para deshacerse de las pruebas y lograr su impunidad.En total, en ese período, 47 mujeres fueron ultimadas en forma brutal. De esa cantidad, en 28 casos mediaron circunstancias de violencia de género que desembocaron en femicidios.En la gran mayoría de los casos, los atacantes son parejas o exparejas de las víctimas.En todos los casos, aunque todo homicidio conlleve en su génesis un torbellino de violencia, el método de ejecución de los femicidas es impiadoso. No les alcanza con un puntazo, un disparo o un golpe; tienen que ser muchos para destrozar, para humillar; para acabar con lo que consideran un objeto de su propiedad. Entonces, tienen la convicción de que si ellas no son suyas, si dejan de ser objeto de su deseo, de su pertenencia, pues no lo serán de nadie.Esa es la lógica que mueve a los asesinos de mujeres a acabar con ellas. En esa metodología paranoica, los femicidas se aseguran de que la víctima no sobreviva. En muchos casos, llegan a rociar con combustible y a prender fuego a sus víctimas. Incluso delante de sus hijos.Por cada año analizado siempre hay uno, dos o tres episodios paradigmáticos, por su violencia y crueldad.Por ejemplo, en 2012 las primeras planas de los diarios y las crónicas policiales se ocuparon con especial atención de las coberturas de los crímenes de Miriam Celeste Valiente, la niña de 13 años violada y asesinada camino al puerto de Santa Ana;?o de lo que se dio en llamar la “Masacre de barrio Yacyretá”, luego de que Juan Orbino confesó que mató y enterró en una habitación de su casa a María Fleitas (47) y a los hijos de ella, Betiana (14) y Mauricio (10).Al año siguiente ocurrió una situación similar con el caso Lucía Maidana, la estudiante que fue blanco de un ataque sexual, golpeada a mazazos y quemada viva en un departamento de un inquilinato ubicado en calle Estado de Israel al 3400.Ese mismo año, más precisamente el 17 de octubre, la sociedad se veía conmovida por lo que fue la “Masacre de Crucero del Norte”, donde Romina Szidloski (25) y Yamila Noelia Marczewski (29) fueron ultimadas a tiros por el marido de esta última.En 2014, otro episodio funesto sacudió a toda la provincia con lo que los medios de comunicación denominaron la “Masacre de Panambí”.Sucedió el 25 de mayo en la casa del empresario maderero Carlos Knack; quien junto a su familia fue quemado vivo.Además de él, murieron su esposa Graciela Mojsiuk y los hijos de ambos Cristian y Bianca.Algunos sobrevivieron horas; otros días. Los criminales asesinos los rociaron con alcohol y prendieron fuego.Este año, aunque no terminó, se llevan contabilizados siete muertes violentas de mujeres.Sin dudas, el caso que ocupará el Anuario 2015 de todos los medios de comunicación escritos es el femicidio de Horacelia Génesis Marasca, ultimada a cuchilladas, desfigurada y descuartizada en un departamento de la chacra 150 de Villa Cabello.En todos estos casos, citados a manera de ejemplo, porque hay obviamente muchos más igualmente nefastos e impiadosos, se puede comprobar la brutalidad y violencia ejercida por los asesinos. Sea el motivo que fuere: violencia de género, robo o cualquier otro móvil. Más de la mitadLa primera causa de muerte de una mujer en Misiones es el femicidio. Constituye el 56% de las muertes ocurridas entre el 5 de marzo de 2012 y el 19 de septiembre pasado, período que abarca este informe.Según el monitoreo, Posadas encabeza el ránking de muertes por este flagelo social.En el citado período acumuló el deceso de once mujeres, aunque no en todas las causas medió violencia de género.A varios cuerpos de distancia se encuentra Eldorado, con cuatro víctimas.El resto de los 47 episodios criminales se diseminan en todo el territorio provincial. En 2012 se registraron los asesinatos de catorce mujeres; seis de ellos fueron femicidios.Al año siguiente la cantidad de hechos fatales descendió a doce, pero creció a nueve el número de muertes con violencia de género mediante.El año pasado otra vez se contabilizaron 14 mujeres fallecidas en circunstancias criminosas; con un récord de diez femicidios.En lo que va de este año, las estadísticas indican que siete personas de sexo femenino fueron ultimadas. La violencia de género continúa al tope del sinsentido.Sin dudas, el caso Marasca marcó el punto de inflexión; desde la perspectiva en que se aborde.La violencia de género va de la mano de la violencia familiar, en el contexto de un ambiente machista donde no se tolera ni admite los derechos de las víctimas a ser dueñas de sí misma.En ese contexto hay mujeres pero también niños que sufren.La línea 137 semanalmente atiende cientos de pedidos desesperados de ayuda; pero sin el compromiso de todos es muy difícil que este flagelo sea superado alguna vez.Primera causaLa primera causa de muerte de una mujer en Misiones es, justamente, la violencia de género que desemboca en un femicidio.Por lo general, este tipo de crímenes vienen precedidos de una historia de abuso o violencia psíquica y sobre todo, física.Y por lo general, la violencia de género se produce en un contexto de violencia familiar, en el que no sólo la esposa es agredida; también los hijos.La segunda causa de muerte es la ocasión de robo. Llamantivamente, en este caso puntual, la diferencia radica en las edades. Casualidad o causalidad, en los robos fatales las mujeres superan el promedio de los 60 años.Todo lo contrario ocurre con los femicidios, en los que las víctimas son mucho más jóvenes. El caso Horacelia sigue en la CámaraEl aberrante femicidio de Horacelia Génesis Marasca continúa en la Cámara de Apelaciones en lo Penal y Correccional de la provincia. En el caso interviene la Sala II, integrada por los magistrados José Alberto López y Jacobo José Mass, que deberán resolver dos planteos interpuestos por el defensor oficial de Instrucción Nº 4, Miguel Ángel Varela.Uno de ellos tiene que ver con el pedido de apartamiento presentado contra el juez de Instrucción 6, Ricardo Walter Balor; al que acusó de prejuzgamiento al elaborar el auto de prisión preventiva contra el único detenido que tiene el hecho; Martín Fernando Monzón.Monz&oacut
e;n, como se recordará, era la pareja de Horacelia. Está imputado por los delitos de “homicidio agravado por la convivencia y por el hecho de tratarse de una mujer (femicidio”.En caso de ser declarado culpable en audiencia de debate oral y público, este hombre afrontará una pena a prisión perpetua.Justamente, esa acusación es la que intenta eludir el defensor oficial.Varela, además del planteo de recusación, objetó por apelación la calificación dispuesta por Balor. Para el defensor, Monzón habría actuado en exceso de la legítima defensa.





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