Una de las frases que rescaté de la entrevista con el psicólogo Ramón Torres: “Yo te amo y quiero hacerte feliz, y si a vos te implica que no querés seguir conmigo, está bien. Porque yo te amo, y quiero que seas feliz”. En mi opinión es la expresión de amor más hermosa, pero que a la vez requiere madurez, una mente abierta, pero sobre todo tiempo para darnos cuenta que la otra persona eligió un camino distinto al nuestro. Porque creo que el amor es algo maravilloso, pero también es muy egoísta, cuando sufrimos la pérdida de esa persona que era el sol que daba calor a nuestros sueños.A veces no queremos que se marche así nomás, intentamos cambiar nuestra conducta hacia ella, en un par de semanas hacemos cosas que nunca habíamos hecho en años de relación. Nuestro egoísmo llega a desear que la nueva relación que nuestra “ex” emprenderá no tenga los frutos esperados y así pueda retornar a nuestros brazos. Esos deseos quizás puedan mitigar el dolor que provoca la pérdida de un ser amado, por más que ya no nos quiera más, incluso echándonos la culpa de que algo habremos hecho mal para que suceda ese triste desenlace. Pero toda esa bronca y dolor surgen porque nos sentimos impotentes y vulnerables ante esa situación; y ante esa situación recordé algunas letras de canciones de autores de distintos géneros musicales que sufrían por ese amor perdido: Julio Sosa con su “Rencor”, Cacho Castaña con su “Ojalá que no puedas”, es de alguna forma desangrarse de todo lo malo para volver a creer que la vida le dará otra oportunidad para amar. Pero estoy más cercano a lo que siente Andrés Calamaro que “todo lo que termina, termina mal y si no termina, se contamina mal” o José Luis Perales con “El estará ansioso para amarte, y yo estaré celoso de perderte”.Todas esas cuestiones forman parte de distintas realidades y cómo se tomaron en su momento; cada situación, quizás cada ruptura que tuvimos la tomamos de distinta forma, algunas con inmadurez y otras con total experiencia y sensatez. Y es que de eso se trata el amor, de que por más que pataleemos y nos enojemos con la vida tenemos que aceptar las cosas como son, afrontar una ruptura y con el tiempo, quizás desear todo lo mejor a esa persona que nos hizo feliz y luego se alejó de nuestras vidas. La vida también nos puso en la vereda de enfrente, en esa situación teníamos que ser nosotros los que tomábamos la decisión de alejarnos. Esto muchas veces nos hizo entender muchas cuestiones al ponernos en el lugar del que sufre, de ver y sentir las cosas desde otra perspectiva.Todos pasamos por esas situaciones que nos enseñaron que el amor no está en manos de nadie, ni nadie tiene poder sobre los sentimientos de la otra parte. Para hacer que el amor salga de su crisálida y extienda sus alas como una majestuosa mariposa, tiene que ser libre y sentirse hermosa para enseñar el verdadero sentido del saber amar.Puedo decir que me tocó ser iluminado por la magia del amor y también caminar bajo sus sombras. En esas situaciones me disgusté y me sentí decepcionado, pero el tiempo siempre nos da el consuelo que necesitamos para entender el porqué de algunas cosas.Con el tiempo aprendí a olvidar y a darme cuenta de que no hay nada que perdonar, en algunas separaciones no existen el bien ni el mal; simplemente una de las partes se percata de que el amor entre ambos se esfumó y la otra, con el tiempo, quizás terminará aceptándolo.Con el tiempo supe que no hay nada que perdonar, pero aún así deseo que ella me perdone y que sea feliz, quizás porque aún la amo. Por Raúl [email protected]





Discussion about this post