“En una clase donde muchos especialistas y expertos trataban de resolver el caso de una niña con alteraciones psiquiátricas y físicas, una compañera me murmuró por lo bajo que, en estos casos difíciles un maestro le aconsejaba prestar atención a la opinión de una persona “no experta”, pero con conocimientos globales del tema, y no necesariamente al especialista, porque estos frecuentemente se van por las ramas y deliran”. Ser “especialista” para algunos significa hablar sin que lo contradigan sobre un tema, pero no significa tener sentido común, que es el buen juicio aplicado a las situaciones de la vida. “Una señora cuyo esposo tenía una enfermedad maligna avanzada, recibió el consejo médico especializado de tratarse en Buenos Aires con mejores métodos y especialistas.“El esposo entendió su situación extrema y prefirió quedarse en su Misiones natal, en su chacra con su familia y sus animales.“Su esposa concluye: ¡Si hubiésemos ido a Buenos Aires, en pocos días se hubiera deprimido y no volvía!, en cambio todos los días que vivió en su chacra, fue feliz con sus cosas y personas queridas”.El “sentido común” permitió al enfermo y a su familia, elegir de forma prudente y acertada, terminar sus días con la mejor calidad de vida posible, tomando una decisión natural que no siempre concuerda con lo que opina la mayoría. Algunos podrán estar de acuerdo con su decisión, en cambio otros hubiesen viajado a Buenos Aires para otra opción.No siempre el “sentido común” tiene un sustento científico o filosófico, sino que lo importante es creer haber elegido la mejor opción para una situación.Toda “experiencia particular” es sobre los sucesos que la persona tiene en su vida, cómo los aprovechó y qué conclusión sacó, estando muy relacionada a las decisiones tomadas con o sin sentido común.El “buen juicio” usado para tomar decisiones correctas es el sentido común, y muchas decisiones son de experiencias de personas de generaciones anteriores, consideradas como sabias, prudentes y que perduraron en el tiempo, como por ejemplo los “Diez Mandamientos” que nacieron hace miles de años.Cada situación de la vida es un “entretejido” de fuerzas, opciones, sentimientos, experiencias, conocimientos y cultura, que producirá una decisión con “sentido común”, y que en general puede ser compartido por la gente del grupo social. Una decisión con “sentido común” baña nuestra conciencia con la sensación de que está bien tomada y es correcta. “En agosto del 2010 en el hospital donde trabajo, hubo una tala indiscriminada de árboles, algunos gigantescos, ordenada por la directora de turno, porque había que hacer espacio para nuevos edificios”, usando el sentido común, en Misiones, cuyo emblema es ser un pulmón verde del país, ¿se justifica la tala de docenas de árboles añosos, en vez de buscar otra alternativa menos dañina?El “sentido común” es un don que está a la mano de cualquiera, y todos piensan que lo tienen en demasía, pero paradójicamente en la práctica se ve habitualmente su falta.Aunque no nos guste, toda decisión con sentido común se relaciona con la moral de la persona, o sea con la capacidad de distinguir lo verdadero de lo falso, lo que es correcto de lo incorrecto, y lo bueno de lo malo.“En febrero del 2013 una psicóloga presentó un informe final sobre el tratamiento de una niña de cuatro años, en el que expresó que tenía “altas sospechas” de que la niña era abusada por su padre, y no tomó medidas para protegerla durante los dos años que duró su tratamiento.El abuso se confirmó y la profesional deberá indemnizar a la familia de la nena, pero todos nos preguntamos ¿por qué no la protegió ni hizo la denuncia? ¿Dónde quedó el “sentido común” de esta psicóloga con muchos conocimientos?El “buen juicio” también está relacionado a los valores que posee la persona, y el orden en que los colocó; humildad y amor son valores que están bien relacionados con el “sentido común”, no así el orgullo y la indiferencia.En general las decisiones con “sentido común” son espontáneas, por un razonamiento profundo casi como una intuición, muchas veces inconscientemente, más bien por la necesidad de solucionar inmediatamente problemas puntuales y particulares.Difícilmente el sentido común se pueda enseñar, si se pueden dar ejemplos para poder asimilarlos.¿Qué es lo que mata nuestro sentido común? ¿Una vida monótona y cansada, donde se “colgaron los guantes” sólo para buscar comodidad y placeres, donde el trabajo perdió su “dignidad”, para ser una actividad automática y opaca.También lo aniquila perder la alegría diaria, no saber disfrutar de las simples cosas de la vida, o cuando perdimos el lugar responsable en nuestro grupo como dejar de ser esposo para tener amante, no ser padres sino amigos de nuestros hijos o nos desentendemos de ellos, o buscar amigos por conveniencia. Exterminamos nuestro sentido común al ser desconfiado, al perder la disciplina y constancia necesaria para llegar a nuestras metas, o cuando los que delinquen son rápidamente liberados sin ningún tratamiento, ni se restituye el daño hecho, y la población víctima debe enjaularse en hogares transformados en celdas por la inseguridad.En septiembre del 2013, el presidente del organismo recaudador de impuesto -Afip-, le regaló a su hija un auto de alta gama por sus cumpleaños 18, si bien todo es legal su repercusión fue negativa por la ostentación. En un país con dificultades económicas no es de “sentido común” hacer demostraciones de orgullo.El sentido común nos muestra que debemos hablar y hacer lo mismo, como pide el papa Francisco, que si en la Iglesia se predica austeridad y humildad, sus sacerdotes no tienen que mostrarse en autos lujosos.¿Qué clase de sentido común demuestra Obama, el presidente de Estados Unidos?, que recibió el premio Nobel de la Paz y en la “primera de cambio” quiere invadir Siria.La humildad, la austeridad, la bondad, la justicia, la honestidad y el cariño son elementos que refuerzan el “sentido común”, que no es la fría lógica de una máquina inteligente robotizada, sino la reflexión humana cálida y sensata.El sentido común hace al ser humano más humano, hace callar cuando se debe, hace hablar y poco cuando se debe, pero por sobre todas las cosas nos orienta en la búsqueda de un sentido en nuestra vida.





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