Rusia anunció este viernes que en las últimas 24 horas bombardeó 60 “blancos terroristas” en Siria, lo que representa un gran aumento de sus ataques desde el inicio de su intervención el 30 de septiembre.En base a intercepciones de comunicaciones de radio, el subjefe del estado mayor ruso, general Igor Makuchev, afirmó que estos ataques causaron la muerte de dos altos comandantes del grupo yihadista Estado Islámico y de 200 combatientes. Las potencias occidentales critican la intervención en el conflicto de Rusia, un aliado del presidente sirio Bashar al Asad. Lo acusan de socorrer a Asad, quien se encontraba debilitado, en vez de combatir a los yihadistas. En este contexto, Estados Unidos anunció que va a dejar de reclutar y entrenar a futuros combatientes rebeldes opuestos a Asad y se concentrará en la entrega de “armas a un selecto grupo de líderes fiables y a sus unidades” ya desplegadas. Pese a los bombardeos rusos, el EI avanzó rápidamente al norte de Alepo, tras haber expulsado a grupos rebeldes rivales de varias localidades al norte de la ciudad, informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), que dio cuenta de decenas de muertos.El EI “tomó el control de regiones extensas al norte de Alepo (…) y está a las puertas de Alepo”, se lee en un comunicado del grupo yihadista. “El EI anunció en varias ocasiones que desencadenaría una ofensiva contra Alepo, pero no lo hizo. Esperaba el momento oportuno y aprovechó los bombardeos rusos contra los rebeldes para avanzar”, explica Romain Caillet, experto en movimientos yihadistas. “La principal ventaja del EI es su capacidad de reacción. Su táctica militar consiste en aprovechar oportunidades”. Thomas Pierret, experto del islam en Siria en la universidad de Edimburgo coincide en que “los rusos concentran sus ataques en los rebeldes y muy poco en el EI”. La coalición dirigida por Washington desde hace un año contra los yihadistas “tampoco está muy activa en esta región”, añade.Fuente: Agencia de Noticias AFP/NA





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