Señora Directora<. Los números de mi documento lo dicen y lo confirman que la edad me pesa. Me canso al caminar una cuadra y menos que menos correr a un colectivo del cual dependo mucho.Hoy no fue mi día. A mi salud debo agregar el no tener memoria, ver poco… Al subir al bus el chofer de éste, a quien no puedo describir por las razones apuntadas, me recuerda a plasmar mi suba, a lo que respondo de mi olvido. Me subí en Junín y Sarmiento y le pedí que, por favor, me lleve hasta el mástil.Sin ningún remordimiento de consciencia por su nula tolerancia hacia un anciano, me obligó a bajar. Le respondo que eso será con la presencia del inspector –ellos siempre me atendieron con consideración-.Tal lo afirmado, hoy no es mi día. Por evitar mayor escándalo me bajo en la esquina de la Escuela 1. Para mí que este chofer bien debería llamarse Limón Sutil. Con el gusto de tomar la patente, me adelanto y anoto el 095, que corresponde a la línea …, siendo las 9.30, de este jueves 8 de octubre.Todos los choferes son buenos –como deben ser-, pero hay una oveja negra…De mi parte, tomé otra línea, muy tranquilo. Victorioso, ¡llegué al mástil!¡Si valió la pena!





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