APÓSTOLES. Un nuevo aniversario de la llegada de los primeros colonos vistió de fiesta esta ciudad. Desde el jueves hasta anoche, el festejo contó con la visita de lujo de los ballets y referentes de las distintas colectividades, entre ellas, la representación de los polacos. PRIMERA EDICIÓN dialogó con el presidente de la colectividad, Juan Boyko, quien, tras una larga charla rememoró por qué y cómo llegaron a la ciudad en esa época y también cómo vivieron. En la entrevista, de la cual también participó su esposa, Susana Néstor, se reflexionó sobre el significado que tiene celebrar y recordar este día histórico para Apóstoles.¿Cuál es la importancia de la llegada de los primeros colonos a Apóstoles?Es trascendental para entender la historia de la provincia. Antes de 1890, Apóstoles figuraba en los mapas como “tierra de nadie”, entonces el gobernador Lanusse impulso una reforma para poblar la localidad y lograr que Misiones sea reconocida como territorio nacional, ya que había muchos brasileños decididos a hacer posesión. Entonces, el Gobierno empezó a ofrecer la tierra, gratis, para quien quisiera trabajarla colaborando con elementos para agricultura. Lanusse quería poblar con trabajadores agrarios.¿Cuáles fueron los motivos por los cuales se vinieron a estas tierras inhóspitas y cómo se produjo el arribo?Se toma como motivo que se quería estructurar la refundación de Apóstoles, de la cual no estoy de acuerdo porque Apóstoles ya estaba fundado. Los pobladores recibieron a estos primeros inmigrantes con un juez y un comisario. En lo que hoy es la avenida Ucrania y la ruta 1, había una posta y varios vecinos que estuvieron recepcionándolos, se situaron allí. Ahí también estaba una vertiente que los abastecía para acampar. Hacía la conexión con Azara y Concepción de la Sierra.¿Cómo eran?Algunos eran analfabetos y otros autodidactas. Juntos superaron las necesidades y se adaptaron. Hoy vemos el museo Szychowski, que es un ejemplo de aquellas personas que llegaron con nada y se volvieron económicamente muy potables, se “hicieron” con trabajo e ingenio. Uno de sus aciertos fue levantar el molino, para obtener la energía hidráulica con la que se dio pujanza al pueblo.¿Cómo vivían las familias?En aquella época, la enfermedad de la fiebre amarilla, a causa de la vinchuca hizo muchos estragos. Mi abuelo falleció a los 36 años. Mi papá me contaba que él (por su abuelo) falleció una madrugada tras una grandiosa cena. Junto a sus siete hermanos mataron al animal y cenaron muy bien, pero de madrugada empezaron a sentirse mal y falleció. Al tiempo también fallecieron los hermanos. En 1890 llegó mi papá, quien vivió hasta los 96 años. Pude sentir y apreciar la llegada de los primeros colonos por relatos que él me hacía. Los inmigrantes llegaron en 1899 y él era de la clase 1912. Después de ese primer contingente llegaron muchos más, porque se difundía la noticia de la entrega de tierras y quienes aceptaban venir pasaban a ser propietarios. Porque en Europa estaban bajo el yugo de los señores feudales, quienes los explotaban. No tenían ni para comer, así que, cuando les dijeron que había tierra para ellos en América, fue una gran noticia.Todos llegaron de Galicia, en el sur, donde convivían polacos y ucranianos. Los que llegaron acá fueron con pasaporte austro-húngaro, hablando sinceramente.¿Cómo subsistieron?Lo que los motivó a venir fue trabajar estas tierras. No conocían la yerba mate y acá les explicaban que era el producto que tenían que trabajar económicamente. Primero fue todo a barbacuá, después a la instalación de los secaderos. Pero, finalmente, les enseñaron como la cortaban y elaboraban nuestros aborígenes, o sea que hubo alguien que transmitió sus conocimientos al grupo.También se enseñaron mutuamente cómo combatir plagas: el ataque de las hormigas. Aparecieron las plantas de paraíso y era lo que las ahuyentaba de los yerbales.En aquellos tiempos, la heladera no existía. Había que usar la famosa fiambrera con tejido: ¿qué se hacía? Con vecinos como Spaciuk se mataba un animal, un chancho y se repartía en cuatro y se calculaba para diez días. Ahí teníamos alimentos frescos. Hoy en día los colonos vienen a buscar verduras a la ciudad, personas que supieron vivir bien en la época que se pagaba bien por la yerba.¿Cómo fue su niñez?Nosotros vivíamos en una chacra cerca de la curva del Regimiento (Monte 30). Nos movíamos en caballos, algún carro. Mi papá nos pedía que estudiemos para no tener que carpir toda la vida de esta forma. Íbamos a la escuela en grupos, con la familia Spaciuk. Ellos eran más grande, estaban en quinto y yo en primer grado. Íbamos con alpargatas a la Escuela 70 del barrio Estación (próxima a cumplir 100 años). Lógicamente que no íbamos a la escuela si llovía.Un recuerdo que tengo de cuando yo era chico, fue durante el gobierno de Arturo Frondizi, en la década del 60. A mi papá no le permitían cosechar porque había un cupo que podía vender, era mucha la angustia. Mis tías estudiaron por correo, después en el Colegio Inmaculada había curso de dactilografía. La calidad de vida la obtenía aquel que iba a Buenos Aires y encontraba trabajo. El ferrocarril era el medio de transporte más importante, con el cual se podía ir a Buenos Aires. El viaje se hacía en dos días.La unión de la familia…Siempre tratamos de que los hermanos sean unidos. Hasta con polacos y ucranianos.Antes no se podía casar un polaco con una criolla, aunque el polaco fue quien rompió con eso, revolucionó. Pero, lamentablemente, se mantiene a veces eso por acá. Se han inculcado muchas mentiras.





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