POSADAS. El directorio del Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym) tendrá este viernes una nueva posibilidad de acordar los precios para la hoja verde y canchada, pero hay algunos sectores que ven muy lejano el arreglo y estiman que, otra vez, será la Nación la que defina los valores. “Así como están las cosas, vemos que no se va a llegar a un acuerdo y la decisión pasará a manos de la Secretaría de Agricultura de la Nación”, aseguró uno de los representantes del sector Secaderos, Sergio Dellapierre en una comunicación con PRIMERA EDICIÓN. Según pudo averiguar este Diario, los valores de los sectores son muy diferentes y los consultados coinciden en afirmar que “es improbable que los precios se definan en el seno del Inym”. “No tengo problemas en reconocer que así como están las cosas, es innecesario el directorio del Inym y me hago cargo de lo que digo, porque cada uno expone sus valores y son muy diferentes”, aseguró Dellapierre. “Estamos esperando un informe privado sobre los precios en góndola para avanzar”, indicó por su parte el director por la Producción yerbatera Jerónimo Lagier, un sector que también ve con poco optimismo llegar a acordar la exigida unanimidad en el Inym, aunque insiste en seguir negociando para que no sea la Nación la que fije los valores. Los productores habían acordado en la última asamblea realizada en San José, elevar a la mesa del directorio del Instituto un precio mínimo de 5,20 pesos de la hoja verde. Y le agregaron que se mantenga la negociación abierta en vistas a la inflación. Situación insostenibleCabe recordar que el monto establecido por la Nación en la última resolución de abril pasado fue de $4.108 la tonelada de hoja verde y 15.184, la tonelada de yerba mate canchada. “No queremos que Agricultura de la Nación establezca los precios de la hoja verde y canchada, porque siempre nos tiran abajo y los únicos que salen ganando son los grandes secaderos y los molinos”, aseguró Dellapierre en referencia a la situación del sector al que representa. En este sentido, comentó que cada vez son menos los secaderos, porque los pequeños y medianos no pueden sostener el negocio. Dellapierre comentó que a medida que pasa el tiempo, son muchos los “pequeños y medianos secaderos que tuvieron que cerrar y dejaron de existir, porque no les deja ganancia”. “La mayoría de los secaderos que siguen trabajando muy bien son los grandes que también tienen salida de molino, entonces pueden perder por un lado, pero ganan muy bien por la molienda”, explicó.





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