Peluquero, vocablo que encierra un sin fin de significados: artesano; escultor; modelador de cabelleras que cuenta con la destreza de sus manos en el uso de la tijera, el peine y la navaja. También confidente de un sin fin de temas. Quien lleva con dignidad y respeto una profesión milenaria.Remontémonos al pasado donde los grandes reyes incorporaban a su corte al llamado artesano del pelo, encargado y responsable del cuidado mínimo del rey. No todos podían tener su propio peluquero, porque para el pueblo el pelo lo cortaba el “barbero”. En los siglos pasados el hombre no se afeitaba, sino que se rasuraba con elementos cortantes o tijeras, allí comienza el cortador, que con el correr del tiempo fue creciendo junto a los barberos. Para distinguir un trabajo de otro comienza a llamarse peluquero a los que cortaban el pelo de la cabeza y barbero al encargado de rasurar.Hoy, no es peluquero solamente el que corta el cabello. Sino aquel que ha alcanzado una sabiduría simple, aprendida de la vida cotidiana, y afianzada cada día en su lugar de trabajo.No sólo modela estilos, formas de cortes y peinados, sino que debe incorporarse a la moda y gusto de cada uno de sus clientes.Escuchar, dialogar y responder a los distintos temas en lo social y cultural. Ser partícipe de cuanto acontecimiento ocurra dentro de lo político, económico, cultural y deportivo.Ya ven, simplemente “peluquero”, pero con una sabiduría tan grande guardada con humildad. Somos partícipes en cada uno de los hogares de una u otra forma; el peluquero se inserta en la comunidad, llegando a relacionarse como amigo y escuchando muchas confesiones.El 25 de agosto se toma como referencia para festejar el “día del peluquero”. ¿Por qué?En el año 1480 se incorpora a la corte romana, como peluquero del rey, Pendulio Gandulfo encargado de cortar y peinar el pelo del rey. Como retribución a su buen trabajo, le da un título de nobleza. Cuando le llega la muerte a su rey el nuevo monarca ordena su destitución por que se le había dado un título que no le correspondía. Aquel siempre había sido un plebeyo, enaltecido ahora por el título de nobleza otorgado por el monarca anterior.Por esto, nos reunimos todos. Con el deseo de que podamos compartir una mesa llena de amor y respeto.No olvidemos que hoy, nos reúne una misma profesión, la misma que nos une a una misma forma de vida: “Ser peluqueros”. Recordemos a los que no están, y nosotros los presentes no olvidemos dar gracias al Todo Poderoso por habernos dado esta profesión. Quiera Dios que nunca perdamos el compañerismo y el respeto para con nuestros colegas. Que cada día nos saludemos con sinceridad, sin egoísmos ni envidias.





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