POSADAS. Era demasiado rápido para los rivales pero no pudo escapar de los detectives, que sin que lo supiera lo vigilaban desde la mañana. Cuando el árbitro pitó el final del primer tiempo, los policías emergieron de entre los espectadores y lo detuvieron. No fue un trabajo fácil: los otros diez jugadores y varios más se opusieron al arresto, al punto que fue necesario desenfundar las armas. Sólo entonces el trabajo pudo realizarse.Aunque de película, así fue la detención de “Oca” (35) en la tarde del último sábado en Miguel Lanús, cuando disputaba un partido de un torneo barrial. El temible delincuente gozaba hasta ese momento de libertad condicional, beneficio al que había accedido hace cerca de un año mientras cumplía una condena de diez años en la cárcel de Loreto por cinco robos calificados previos.Ahora los investigadores tienen pistas firmes para suponer que su regreso a las calles fue también su retorno al crimen. PRIMERA EDICIÓN pudo saber que los detectives le endilgan al menos tres nuevos violentos asaltos perpetrados durante los últimos meses en el sur provincial: el robo de 315 mil pesos a un constructor que terminó baleado en el barrio San Marcos de Posadas, el asalto a una distribuidora de Apóstoles con un botín de 250 mil pesos, y la toma de rehenes de un “cambista” y su familia en Ñu Porá para llevarse 200 mil pesos.Una “marca pegajosa”El trabajo investigativo realizado en conjunto por efectivos de la Dirección de Homicidios de la Policía provincial, a cargo del comisario Gustavo González, junto con sus pares de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) del Poder Judicial, al mando del letrado Fernando Castelli, arrojó resultados durante los primeros minutos del sábado.Mediante una serie de pistas los investigadores llegaron hasta la vivienda de “Oca”, en el barrio A-3-2 de Posadas, donde montaron una sigilosa vigilancia que se prolongó hasta la tarde. La intención era interceptarlo en la vía pública, lejos de su guarida, donde podría tener armas de fuego.Así fue como lo siguieron hasta una cancha ubicada en cercanías de Cabo Primero Cuenca y Soldado Argentino de Miguel Lanús, en el Gran Posadas, donde semana tras semana se disputa un multitudinario campeonato de barrio.Los detectives se inmiscuyeron entre el público y ubicaron a “Oca” en medio del juego. Debieron esperar hasta el entretiempo para proceder a su detención, que se produjo alrededor de las 16 en medio de un clima álgido debido a las reacciones de sus compañeros de equipo y simpatizantes. El detenido ofreció tenaz resistencia y a punto estuvo de vencer a la docena de agentes.Más tarde, a las 19 y bajo la mirada de autoridades del Juzgado de Instrucción 2 de Posadas y del 4 de Apóstoles, los investigadores allanaron la casa de A-3-2, donde encontraron numerosos elementos de prueba, tales como bolsos similares a los utilizados en al menos dos de los hechos investigados.También llamó la atención de los detectives el hallazgo de facturas varias que acreditaban la compra de numerosos electrodomésticos y hasta de una motocicleta Yamaha, todo por un valor total de entre 60 y 80 mil pesos. Esas adquisiciones fueron realizadas entre mayo y julio último, y resultan sugestivas en virtud de que “Oca” no registra trabajo ni ingresos fijos.Mientras los efectivos continúan tras los pasos del resto de la banda, el sospechoso fue trasladado a una dependencia policial, donde quedó a disposición de la Justicia. Las fuentes informaron que en las próximas horas será sometido a indagatoria y también a rueda de reconocimiento. Confían en que sobran los elementos en su contra.





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