Tras la realización de las Paso, la profundización de la crisis hídrica que se desató en la provincia de Buenos Aires sólo dos días antes de los comicios, mostró una inusual severidad que sorprendió a más de uno, incluyendo a los asesores del gobernador bonaerense y candidato presidencial, Daniel Scioli, quienes no lo habrían informado de la gravedad de la situación, dejando que parta hacia Italia en plena catástrofe.El regreso apurado del mandatario y candidato, y sus explicaciones no impidieron que el viaje lo expusiera a las críticas de sus adversarios políticos y lo mostrara ante el conjunto de la población en un trance de frivolidad impropio, en las dramáticas circunstancias que se vivieron en los últimos días en territorio bonaerense, dado su rango y responsabilidades. El mandatario, a su regreso, se puso de inmediato al frente de las actividades de asistencia a los damnificados mostrando su habitual perfil activo en la gestión, característica que, no obstante, no lo absuelve del mal paso dado al ausentarse del país.El contexto de puja electoral hizo que las inundaciones se mezclaran en el debate político hasta ayer, cuando se iniciaba el operativo vuelta a casa, tras la bajante de las aguas, en la mayoría de los casos con entredichos que no arrojan demasiada luz sobre los motivos de la emergencia hídrica, más allá de la aparente ineficiencia de las obras realizadas, o las obras que no se hicieron, para mitigar los embates de las inundaciones. En medio de las críticas opositoras, desde el Gobierno se difundieron datos según los cuales la Nación destinó 60.283 millones de pesos para planes de obras hídricas en la provincia de Buenos Aires, beneficiando a 10,5 millones de bonaerenses. Los cruces teñidos de connotaciones electorales, de cualquier modo, aclaran poco en una problemática compleja y que, en parte, además del voluntarismo gubernamental y la ausencia de eficiencia en las políticas de Estado que se necesitan; responde a la crisis ambiental producida por el cambio climático, una amenaza a la que la política, sin distinción de tonalidades partidarias, no parece ofrecer una respuesta racional y acorde a la realidad. Los resultados del domingo pasado, en tanto, favorecieron a nivel país al candidato oficialista con un abultado porcentaje de votos, dadas las circunstancias. Pero aún así habiendo cosechado, tras dos gestiones al frente de la provincia más grande del país y siendo parte de un gobierno que carga con el desgaste de doce años en el poder; el 38,41% (8.424.749 votos) que obtuvo el candidato del Frente Para la Victoria y los 14 puntos arriba del segundo, Mauricio Marcri, no le dieron al candidato oficialista lo que esperaba, salir de las Paso con la seguridad de un triunfo en primera vuelta en octubre.Suma opositoraEs que la alianza Cambiemos, que cosechó algo más de seis millones y medio de sufragios, sumando los tres presidenciables que se enfrentaron en las primarias, obtuvo un 30, 7%, al mismo tiempo que la alianza Unidos por Una Nueva Alternativa, de Sergio Mazas y José De la Sota, alcanzó un 20,50%. El oficialismo, que en base a la estrategia elaborada por Cristina, se zambullón en las primarias con un candidato único y la premisa de no exponerse a un ballotage potencialmente adverso, llega con el oxígeno justo a una elección bisagra respecto a su proyecto político. El contexto externo, con una crisis política de proporciones en Brasil, la devaluación del yuan chino, la renovada amenaza de los fondos buitres con el juez Griesa a la cabeza, todas presiones sobre el frente cambiario que explican los movimientos del dólar “blue”; no parecen facilitar, tampoco, el camino del oficialismo hacia una victoria fácilmente asequible en octubre. Esto no quiere decir, cabe señalar, que la oposición tenga el camino abierto hacia un triunfo, ni muchos menos, dado el magro resultado en las urnas y las consistentes divisiones entre las diferentes fuerzas y candidatos con capacidad de subirse al podio en octubre. En este escenario, Macri parece haber recobrado la autoestima y se permitió volver sobre sus pronósticos de un cambio infartante en el caso de que gane el favor del electorado, con caída de las retenciones, apertura del cepo al dólar y liberación automática del tipo de cambio, léase la devaluación competitiva que piden sectores del empresariado. Aparentemente, Massa no aceptaría, al menos en primera vuelta, bajarse de su candidatura y apoyar al líder del PRO, y aunque los análisis de ecuaciones numéricas que permitan una jugada unitaria de la oposición son sobreabundantes, no hay todavía un cuadro de expectativas claras respecto a octubre, aún con el piso alto que deja la victoria sciolista en la abrumadora mayoría de los distritos del país. Seis frentes por la gobernaciónA casi una semana de la realización de las Paso, el mapa político toma forma con vistas a las elecciones generales del próximo 25 de octubre. En Misiones las cartas ya están sobre la mesa, con seis propuestas.Apostando por la continuidad del modelo, el Frente Renovador lleva a Hugo Passalacqua como candidato a gobernador acompañado por Oscar Herrera Ahuad. La boleta también incluye al Frente para la Victoria, acompañando a Daniel Scioli como candidato a Presidente y como candidato a Diputado Nacional está el actual gobernador Maurice Closs.Por otra parte está el Frente “Alianza por una Nueva Argentina” que tiene a Sergio Massa como candidato a presidente, cuya boleta lleva a Ramón Puerta como candidato a diputado nacional.La UCR no llegó a un acuerdo con el PRO y en cambio cerró alianza con el Partido Socialista, Libres del Sur, GEN y la Coalición Cívica conformándose así el Frente Cívico y Social. Es que el radicalismo no quiere perder su liderazgo político, teniendo en cuenta los buenos resultados obtenidos apenas dos años atrás en las elecciones legislativas. Si la UCR no presenta candidato a gobernador, sería la primera vez en la historia que dejan al partido centenario marginado, quedando marcada en la memoria de los correligionarios y teniendo a Hernán Damiani y Luis Pastori como responsables. El miércoles, González ratificó su candidatura: “En estos días me han bajado, me han subido, me corrieron al costado y los radicales seguimos siempre en el mismo lugar. Yo sostengo lo que dijimos desde el radicalismo siempre, nosotros hemos elegido nuestros candidatos, hemos ido conformando candidaturas municipales, el radicalismo sigue con la intención de poder formar parte de un arco opositor que tenga chances de gobernar la Provincia. El radicalismo buscó varias alternativas, hasta incluso la posibilidad de competir en internas; yo soy candidato a Gobernador de mi partido y voy a sostener esta candidatura
”, afirmó.Quienes sí llevarán a Mauricio Macri en la boleta será “Vamos Juntos” que resulta un acuerdo de último momento entre Libertad, Dignidad y Bien Común, Partido Inclusión Social, Partido Trabajo y Progreso, Partido FE, Partido Frente Hacer por El Progreso Social, Partido Libertad, Valores y Cambio y PRO Misiones. Así es como finalmente Alex Ziegler (ultra kirchnerista hasta hace muy poco) logra la candidatura a gobernador, Alfredo Schiavoni como postulante a diputado nacional y Claudio Wipplinger disputará la Intendencia de Posadas.“Del interior se viene el cambio”, afirma con seguridad Héctor “Cacho” Bárbaro con cada agricultor que conversa. Orgulloso de la buena performance obtenida en las Paso, ubicándose como tercera fuerza política en Misiones con el 10,31% de los votos. Lleva en la misma boleta a Daniel Scioli.Para finalizar está el Frente Popular integrado por Unidad Popular y Unidad de los Trabajadores, que lleva al histórico dirigente de la CTA y ATE Misiones Juan “Chito” Pasaman como Diputado Nacional y a Norma Fernández como primera candidata a Diputada Provincial.En las Paso, el debut electoral del Frente a nivel nacional no resultó lo esperado tras no poder reunir siquiera el 1,5 por ciento de los votos que lo legitimaran.





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